Los decanos de las facultades de Educación han diseñado cambios de calado en el máster del profesorado de secundaria, uno de los más demandados de España, en el que cada año se matriculan más de 40.000 estudiantes y es imprescindible para poder dar clase en la ESO, Bachillerato y FP. Entre esos cambios figuran establecer una prueba de acceso al máster que examine tanto sus conocimientos académicos como otra serie de habilidades importantes a la hora de ejercer la docencia. Ampliar las prácticas y reforzar su control, para evitar que sigan siendo, sobre todo en algunos centros, un trámite sin apenas supervisión. Y, como ya adelantó este periódico, extender de uno a dos años la duración de los estudios, de forma que dé tiempo a profundizar tanto en las cuestiones didácticas como en otras competencias relacionadas, por ejemplo, con la gestión del aula y la diversidad. El objetivo de los cambios, afirman fuentes universitarias, es aumentar la exigencia del máster para mejorar la calidad del sistema educativo, y atajar el coladero que representan algunas universidades privadas con ánimo de lucro, que se han convertido en las principales expedidoras de estos títulos.La asamblea de la Conferencia de Decanas y Decanos de Educación, donde están representados la gran mayoría de los responsables universitarios de este campo, votarán las propuestas a mediados de noviembre en Las Palmas de Gran Canaria. Si salen adelante, lo que varias fuentes de la entidad consideran muy probable, se las trasladarán al Gobierno, que tiene en marcha una reforma del profesorado. Y el Ejecutivo, previsiblemente, tendrá muy en cuenta lo que le presenten los decanos a la hora de definir la formación que necesitan tener los docentes.Fachada de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, a finales de octubre.Victor SanjuanEl máster ha experimentado un boom en los últimos años, del que se han beneficiado sobre todo las universidades privadas que ofrecen el título en la modalidad online, no siempre con una calidad adecuada, según ha advertido incluso el Gobierno. El profesorado español de secundaria es, por otra parte, el que menos sólida ve la formación que recibió en la universidad para desempeñar su oficio de todo el mundo desarrollado, según reflejó en octubre el estudio TALIS de la OCDE.Entre 2016 y 2024, el número de titulados anual del máster ha crecido un 62%, hasta alcanzar los 30.327. El crecimiento se ha concentrado sobre todo en las privadas, donde ha alcanzado el 128% (frente a un aumento del 21% en las públicas). Las universidades privadas han pasado de producir al 38% de los titulados al 54% en ocho años. Y representan casi todo el segmento (el 93%) de la modalidad online del máster. Parecido al viejo CAPEn algunos casos, apunta un decano, no hay tanta diferencia entre la dificultad que plantea el máster y la que entrañaba el antiguo Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP, sustituido por el máster en 2009 y conocido por su escasa exigencia). Salvo por el coste económico: las privadas llegan a cobrar hasta 8.000 euros por el título.Los decanos proponen que la nueva prueba de acceso tenga unas características generales para toda España, y deba realizarse tanto en las universidades públicas como en las privadas. Dentro de la Conferencia de Decanas y Decanos de Educación hay 85 responsables universitarios, la mayoría de instituciones públicas, aunque también de varias privadas sin ánimo de lucro (fundaciones). El grado de acuerdo sobre la conveniencia de la implantación es amplio, si bien el documento que votarán los decanos, que tiene forma de libro blanco, no profundiza mucho en los detalles. El texto plantea las grandes líneas de cómo debe quedar el título, dejando la definición concreta, en la que tendrá que intervenir el Gobierno, para un siguiente paso.Algunas ideas, con todo, sí están claras. A diferencia de la prueba de acceso para las carreras de Magisterio que también proponen los decanos, que tendría un examen de lectoescritura y otro de habilidades logicomatemáticas, en el caso del máster los ejercicios versarían sobre la disciplina específica de la modalidad del máster elegida. Es decir, quien quiera matricularse en la rama de Matemáticas se examinaría de dicha materia, y lo mismo sucedería con los de Biología, Lengua, etcétera.Tanto la prueba de acceso a los grados para ser maestro como al máster para ser profesor de secundaria incluiría, en cambio, un filtro sobre “atributos no académicos”, sino de carácter socioemocional y motivacional, que permitan evaluar qué aspirantes reúnen las características más idóneas para ser docentes. Un tipo de evaluación que existe en varios países europeos y, dentro de España, la Universidad de las Islas Baleares para entrar en Magisterio.Reglas estrictasLos decanos parten de la idea de que las pruebas las llevarían a cabo las propias universidades, aplicando unas normas comunes lo bastante estrictas para que no haya instituciones académicas que bajen el nivel requerido hasta hacer inútil la prueba.Los exámenes de acceso reducirían probablemente la demanda del máster y de los grados de magisterio. Pero eso no preocupa a las facultades de Educación, que tienen muchas más peticiones que plazas. Solo en Andalucía, cada año unos 20.000 aspirantes se quedan sin poder acceder a las universidades públicas. El número de titulados casi triplica anualmente, por otro lado, las necesidades del sistema educativo de docentes, según calculó en 2022 el Ministerio de Educación. La falta de profesorado en algunas especialidades, como Matemáticas, Informática o determinadas especialidades de FP tiene un origen distinto (sobre todo, la fuerte atracción que sectores económicos pujantes ejercen sobre los graduados en dichas disciplinas), y requiere medidas específicas.Mayor control sobre el periodo de prácticasLos decanos también plantean fortalecer la parte práctica del máster de secundaria. Para ello proponen que los centros educativos donde el alumnado vaya a hacer las prácticas deban lograr previamente una acreditación que asegure su calidad. Hoy, sobre todo en algunas privadas, los estudiantes pueden solventar esta fase de su aprendizaje consiguiendo que un centro educativo les firme las prácticas, sin mucha supervisión por parte de universidad, señalan fuentes de la Conferencia de Decanos.El libro blanco que votarán en su reunión de Las Palmas propone también estrechar la colaboración entre universidades y centros de secundaria, formar a los tutores de las prácticas, tender a la profesionalización del profesorado del máster, y hacer más coherente la formación inicial (la que el profesorado recibe en la universidad), y la permanente (la que realiza una vez está trabajando).
Un máster más exigente para el profesorado de secundaria: examen de acceso y controles para evitar el coladero de las privadas | Educación
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