La biología, la química, la matemática y la robótica son los campos por los que se mueven Berta López, Clara García y Gissell Estrada. Las tres científicas han sido premiadas por la Fundación BBVA con la Beca Leonardo 2025, y forman parte de los 60 investigadores y creadores en más de 10 ramas de la ciencia y la cultura que recibieron este reconocimiento. Aunque sus metodologías y áreas de estudio son distintas, sus proyectos comparten un hilo común: la búsqueda de soluciones innovadoras mediante la interdisciplinariedad y la experimentación rigurosa.Biología celular contra el cáncerSegún la investigadora Berta López (Murcia, 46 años), el origen de su vocación científica fue una mezcla de curiosidad y del asombro que produce descubrir algo nuevo, “aunque sea pequeño, pero que nadie sabía o había descrito antes”. Su mayor motivación, asegura, siempre ha sido “poder contribuir al conocimiento”. Esta doctora en Bioquímica y Biología Molecular centra su investigación en el papel de las células gliales del sistema nervioso periférico (las encargadas de dar soporte, protección y nutrición a las neuronas) en la progresión del melanoma. Su proyecto pretende entender cómo reprogramarlas para impedir que favorezcan la propagación de células cancerígenas desde el tumor inicial hacia otras partes del organismo, es decir, frenar la metástasis.Más informaciónLópez es científica titular en el Instituto de Neurociencias (CSIC–Universidad Miguel Hernández) y su investigación combina estudios en modelos preclínicos con ratones transgénicos y el uso de técnicas de secuenciación de célula única. Según explica, estas herramientas le permitirán caracterizar las células dentro del microambiente de la metástasis pulmonar e identificar de qué manera su comportamiento puede asociarse al crecimiento de los tumores.Para López, se trata de un punto inicial. “Aún queda mucho por descubrir. No solo en el campo de cáncer, sino también en el de la neurociencia, porque está asociada a la reparación del nervio”, afirma.Combatir infecciones con bioimpresión 3DEl proyecto de Clara García Astrain (San Sebastián, 39 años) se centra en aplicar la bioimpresión 3D y el uso de materiales poliméricos para estudiar infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos. La investigadora del The Basque Center for Macromolecular Design and Engineering busca desarrollar modelos tridimensionales de tejidos humanos, equipados con sensores fluorescentes que permitan monitorizar en tiempo real tanto la actividad bacteriana, como la respuesta a diferentes tratamientos.“Trabajamos con sensores fluorescentes decorados con anticuerpos específicos para ciertas bacterias, lo que nos permitirá seguir cómo infectan los tejidos y, al mismo tiempo, evaluar la eficacia de los tratamientos”, explica.Replicar fielmente la complejidad de los tejidos humanos, tanto en su composición como en su estructura, es el gran reto de García. “Trabajo con modelos de estómago y es necesario reproducir las glándulas estomacales a una escala muy reducida, lo que supone un desafío enorme para la bioimpresión. Además, no se trata solo de lograr la forma: el objetivo final es que los tejidos sean funcionales”, detalla.En los últimos años, se han logrado avances importantes en el desarrollo de modelos in vitro que imitan de manera más fiel la configuración y estructura de los tejidos humanos, comenta García. Sin embargo, apunta, mientras que el cáncer y los tumores han recibido gran atención, el estudio de las infecciones ha sido menos explorado. “La resistencia antimicrobiana es un problema de alcance global. Se estima que, para 2050, el número de muertes asociadas podría igualar al de los fallecimientos por cáncer”, sostiene.Con este proyecto, García pretende también reducir la experimentación en animales: “No es posible eliminarla por completo, pero sí podemos disminuirla”. Para la científica, su modelo puede servir para descartar las terapias que no funcionan y detectar cuáles resultan más prometedoras. Así, reducirán significativamente el número de animales necesarios en los ensayos.Robots y fórmulas para descifrar célulasEl trabajo de Gissell Estrada (Cuba, 33 años) se centra en la migración colectiva de células. Estrada, investigadora del Centre de Recerca Matemàtica de Barcelona, tiene como objetivo desarrollar herramientas para estudiar ciertas ecuaciones matemáticas, conocidas como ecuaciones en derivadas parciales no locales, que describen fenómenos como la migración y la adhesión de células biológicas. La principal innovación del proyecto es el uso de enjambres de robots programables, los cuales pretende configurar inspirándose en las interacciones que ha observado en sistemas biológicos reales. De acuerdo con Estrada, el uso de robots permite obtener resultados más realistas que los modelos computacionales tradicionales, sin incurrir en los costos y limitaciones de los sistemas biológicos. Para lograrlo, conecta dos mundos aparentemente opuestos: el de las ecuaciones matemáticas y el de partículas o robots. “Trato de explorar cómo unir estos niveles matemáticamente”, explica. La Beca Leonardo le permite concentrarse en un proceso concreto con inspiración biológica: estudiar cómo las células se adhieren entre sí, un fenómeno clave en la formación de tejidos y órganos.“Es un proceso básico y fundamental, pero también muy complejo. Poder conectarlo con las matemáticas me motiva muchísimo”, asegura Estrada. Su investigación no carece de retos. La científica confiesa que la parte más desafiante será trabajar directamente con robots, algo que antes no había hecho.¿Por qué usarlos? La científica destaca que estos sistemas son completamente controlables: se pueden programar, recopilar datos y crear experimentos en un entorno monitoreado. Además, a diferencia de un modelo computacional, los robots generan comportamientos inesperados que enriquecen la investigación y acercan los resultados a la realidad biológica.

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