Desde Catar, el presidente Gustavo Petro confirmó que las narcosiembras siguieron creciendo en Colombia durante el 2024, al pasar de 253.000 hectáreas (ha) a unas 262.000. A la polémica por el retraso en la entrega oficial del informe Simci sobre la coca para el año pasado, el jefe de Estado respondió diciendo que los cultivos ilícitos “solo aumentaron un 3 por ciento” (en realidad, un 3,56 por ciento) y aseguró que su gobierno está revisando “que no se repita el error de 2023: incluir las respectivas productividades por zonas y diferenciar lo que muestran los mapas; las zonas de enclave de la cocaína y aquellas abandonadas”.La confirmación de los malos resultados en uno de los frentes claves en la lucha contra el narcotráfico se produce precisamente en momentos en los que las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, el principal socio comercial y en seguridad del país, atraviesan por la peor tormenta en más de un siglo, entre otras razones porque Washington considera que la Casa de Nariño, con políticas como la ‘paz total’, supuestamente ha favorecido intereses de los narcos.Laboratorio de coca intervenido por la Armada. Foto:CortesíaSegún el presidente Petro, en esas 262.000 hectáreas se incluyen 80.000 “abandonadas hace más de tres años y 22.000 que están en traslados (sic) de cultivos ilícitos hacia lícitos”. Y agregó que “las zonas de selva amazónica están abandonadas porque el consumo de cocaína de EE. UU. llegó a su máximo y no crecerá más por el crecimiento del consumo de fentanilo”.La revelación de la medición oficial de los narcocultivos sin la tradicional presentación conjunta del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) y el Gobierno, así como las críticas de Petro a la rigurosidad del informe, demuestran la incomodidad que en el Ejecutivo con las mediciones realizadas por Naciones Unidas tanto sobre el área con coca como de los niveles de producción potencial de cocaína. En 2023 estos fueron tasados en poco más de 2.660 toneladas, los más altos en la historia.Los dos datos, el de la coca y el de la productividad, fueron tenidos en cuenta por el Departamento de Estado de Estados Unidos (que además tiene sus propias mediciones) para descertificar la lucha del gobierno Petro contra el narcotráfico. Tras el escalamiento de la tensión entre Washington y Bogotá, el gobierno Trump decidió suspender los programas de ayuda a la Policía, el Ejército y las autoridades colombianas, que habían quedado a salvo de la descertificación.La inclusión del presidente Petro; su hijo Nicolás; la primera dama, Verónica Alcocer, y el ministro Armando Benedetti en la Lista Clinton es el último capítulo, hasta ahora, del deterioro inédito de unas relaciones que históricamente habían sido de cooperación en la lucha contra un enemigo común.Cuentas dudosasConocedores del trabajo del Simci, que completa dos décadas largas en el país, aseguraron que la versión de un supuesto “error” en los cálculos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) para el 2023 no se atiene a la realidad. De hecho, a las reservas formales que planteó el Gobierno a través de los ministerios de Exteriores y Justicia sobre el informe, la respuesta de la ONU fue una ratificación plena de las conclusiones del Simci sobre la producción potencial récord de cocaína.Daniel Mejía, experto en temas de seguridad ciudadana y narcotráfico, contradijo a Petro. “Presidente, Naciones Unidas no contabiliza en su medición de hectáreas cultivadas los territorios donde el cultivo de coca ha sido abandonado. No es cierto que dentro de las 262.000 hectáreas que usted revela para 2024 estén incluidas las 80.000 abandonadas”, señaló, pidiéndole al jefe de Estado “no ridiculizar la metodología de un informe serio”. “Allí trabajan profesionales expertos que llevan décadas elaborando estos informes sobre cultivos de coca y producción potencial de cocaína”, agregó.En 2023 el cálculo de las hectáreas sembradas con coca fue de 253.000.  Foto:Raúl Arboleda- AFPEn el mismo sentido, la exministra de Justicia Ángela María Buitrago, que estuvo en el gabinete del presidente Petro hasta mediados de este año, también cuestionó las cuentas del jefe de Estado sobre la realidad de los narcocultivos. “Al total reportado por Simci no se le pueden restar 80.000 hectáreas ‘abandonadas’ (como plantea el Presidente), porque las hectáreas que calcula la ONU, con ayuda de la Policía Nacional, son las que están efectivamente sembradas”, explicó la exministra.De hecho, en las zonas de la selva amazónica en las que el primer mandatario ubica las que llama áreas de “marchitamiento” está Putumayo, hoy de nuevo uno de los principales enclaves de la coca, con más de 50.000 hectáreas sembradas. Departamentos como Amazonas, Vaupés y Vichada históricamente han tenido una presencia mínima de cultivos, apenas entre 30 y 300 hectáreas desde 2020.El crecimiento de los narcocultivos reconocido por el Gobierno pone la lupa sobre la inefectividad de la estrategia de erradicación forzada, que este año, con corte a septiembre, iba por debajo de las 6.000 hectáreas. Aunque el Ejecutivo sostiene que el énfasis en su estrategia es golpear los embarques de los narcos –las cifras de incautaciones mantienen su crecimiento histórico año a año, como ha ocurrido en la última década–, conocedores de los temas de narcotráfico indican que la disparada en la producción del alcaloide incide, por derecha, en más incautaciones por el simple hecho de que hay mucha más cocaína circulando desde el 2025, cuando los narcocultivos iniciaron su nueva ola de expansión. LEA TAMBIÉN Los resultados en destrucción de siembras de la administración Petro son los más bajos en lo que va del siglo. Entre 2022 y septiembre de 2025, el Gobierno ha reducido de forma progresiva las cifras de erradicación. Según registros del Ministerio de Defensa, en 2022 se reportaron 68.893 hectáreas erradicadas (el total incluye las destruidas en los siete meses finales de la administración Duque), mientras que en 2023 la cifra descendió a 20.325 hectáreas. Durante 2024, se destruyeron 9.403 hectáreas, y entre enero y septiembre de 2025 se contabilizan 5.687.En cuanto a la incautación, entre enero y septiembre de este año se registró un aumento del 13 por ciento, alcanzando 771,3 toneladas. En el mismo lapso de 2024 fueron 684,8 toneladas. El comportamiento anual muestra una tendencia sostenida al alza desde 2015, cuando se reportaron 253,6 toneladas, hasta alcanzar un pico histórico de 889 toneladas el año pasado. En 2022, el total de incautación llegó a 659 toneladas y en 2023 fueron 746.¡Jamaica en la mira! Huracán “Melissa” trae vientos feroces Foto:Sara Valentina Quevedo DelgadoRedacción Justicia

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