Los gritos de “Bonilla dimisión” y “Sanidad pública y de calidad” se han intercalado, casi sin interrupción, en la concentración que esta mañana han convocado las asociaciones de mujeres víctimas de cáncer de mama de Andalucía para protestar por la gestión de la crisis de los cribados y contra el deterioro y la privatización de la sanidad pública española. Mujeres y hombres de todas las provincias ―8.500 personas, según la Policía Nacional― han abarrotado la plaza del Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía, para exigir una respuesta clara y rápida para las mujeres afectadas por los retrasos en los diagnósticos de los cribados, pero también para llamar la atención sobre la mala gestión del Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) del sistema andaluz de salud que, según denuncian, ha colapsado. Ángela Claverol, la presidenta de la asociación de mujeres andaluzas víctimas de cáncer de mama, Amama, que ha canalizado las denuncias y la indignación por los fallos en el programa de cribados de cáncer de mama, ha sintetizado el malestar de todos los presentes. “Ellos tienen miedo, se han puesto nerviosos porque no somos nada para ellos”, ha señalado, tras afirmar que a los consejeros de Salud que ha tenido Moreno las víctimas de cáncer de mama “no les importamos una mierda”.La presidenta de la asociación, Ángela Claverol (en el centro), este domingo durante la manifestación en Sevilla.PACO PUENTES (EL PAÍS)“Están poniendo en riesgo la salud en muchos casos. La sanidad pública está destruida y por eso estamos aquí. Queremos que nos atiendan siempre y bien. Da igual que sea la vida de una mujer, que la de un niño o la de un anciano”, ha dicho Claverol para ilustrar los retrasos generalizados en la asistencia sanitaria en la comunidad. “La sanidad pública es nuestra, de todos los andaluces”, ha abundado.La presidenta de Amama había advertido a lo largo de esta semana de que no se reuniría con el nuevo consejero, Antonio Sanz, ni con el presidente de la Junta, Juanma Moreno, que le han pedido públicamente recibirlas, hasta que el problema de los cribados no se solucionara pero, ante todo, hasta que la Junta no explique por qué ha fallado el programa de prevención de cáncer de mama. Sin embargo, en su intervención de esta mañana, Claverol ha dado a entender que el encuentro con el consejero se celebrará a lo largo de la semana que viene. “En estas reuniones queremos luz, pero no la de las fotos y las cámaras de televisión”, ha advertido.“Aún no sabemos la dimensión de lo que ha pasado. Primero éramos dos o tres casos, a las que insultaron llamándoles casos. Luego 2.000. Ahora 2.317. Queremos que entren todas rápido en el circuito del cáncer, mamografía, ecografía, biopsia, cirujano o quimio y oncólogo. Queremos que se recupere la participación de las asociaciones en los programas de salud, que se depuren responsabilidades y aumentar las dotaciones del sistema público de salud con medios, recursos y manos suficientes”, ha insistido Claverol. “Las mujeres han confiado en un sistema que les ha defraudado, que ha puesto nuestras vidas en peligro”, ha advertido. Para los asistentes, sin embargo, y también tal y como alertaban las propias asociaciones convocantes, la crisis de los cribados es solo la punta del iceberg de un sistema de salud público que lleva años colapsado y al que la Junta de Andalucía no ha sabido dar una solución. Los distintos planes de choque en una atención primaria desbordada o para reducir unas listas que han llegado a tener más de un millón de pacientes esperando a entrar en quirófano o a tener una primera cita con un especialista no han servido para nada. Al malestar de los ciudadanos, expresado en multitudinarias manifestaciones convocadas por Marea Blanca, se ha sumado la de los profesionales sanitarios, sobresaturados por la carga de trabajo y que han denunciado con paros, huelgas y concentraciones el incumplimiento por parte de la Consejería de Salud de los acuerdos por la atención primaria y la carrera profesional que firmó con las organizaciones sindicales el 22 de mayo de 2023.“Nos están matando”, se lamentaba Patrocinio, una mujer que ha venido con una treintena de personas desde Mairena del Alcor (Sevilla). Ella es una de las que cree que el escándalo de los cribados no ha hecho más que aflorar lo que en muchos otros casos y enfermedades es una durísima realidad que se vive silenciada. “Mi marido falleció hace cuatro meses por falta de especialistas, no hay que dar muchas más explicaciones de por qué estamos aquí”, decía conteniendo las lágrimas.María José Andrade sujeta una pancarta en defensa de la sanidad pública. Viene de Córdoba. Tres autobuses han ido recogiendo a manifestantes de distintos puntos de la provincia: Candela, Montoro, Doña Mencía… Ella es muy crítica con la respuesta de la Junta ante esta crisis. “No ha habido reacción. No hay dinero para pagar a todos los médicos que dicen que van a contratar, pero es que tampoco hay médicos para contratar”, indica. Alude a los distintos planes de choque que ha ido anunciando en las últimas semanas la Consejería de Sanidad para reforzar los programas de cribados de la Junta ―mama, colon y útero― que contemplan una inversión de 100 millones de euros y la contratación de 700 profesionales, cuyas incorporaciones son mínimas, hasta el momento, por la falta de especialistas y por las condiciones de las ofertas: 20 puestos de entre tres y un mes de duración.Concentración en San Telmo por los fallos en el cribado del cáncer de mama en Sevilla, este domingo.PACO PUENTES (EL PAÍS)Los congregados no solo han clamado por la mala gestión de la Junta ante la crisis de los cribados, también por la forma de referirse a la mujeres de la asociación Amama. “Es una vergüenza”, dice Cristina Martín, una joven sevillana de 31 años, nieta de una paciente oncológica, que ha venido para “apoyar a las mujeres y denunciar la injusticia que se está viviendo en la sanidad pública”. Claverol también se ha referido al trato de los distintos consejeros de Salud y a las reacciones de la última semana. “Llevamos desde el año 21 peregrinando a la Consejería de Salud. Alertando de todo lo que estaba pasando. Y no nos hicieron caso. Y cada vez ponían más vidas en peligro”, ha recordado la presidenta de Amama. “El primer consejero [Jesús Aguirre] nos llamó miedicas. A la segunda consejera, Catalina [García]volvimos a decirle lo mismo, pero ahora ella obvia parte de la información. Las mujeres de Amama tenemos memoria. Y la tercera [Rocío Hernández] no tiene ni nombre. Estuvimos contándole con lágrimas en los ojos cómo a algunas compañeras les habían destruido la vida. Y ¿sabéis lo que hizo? No borró esa sonrisa de su cara”, ha recordado entre gritos de “Bonilla, dimisión”. La presidenta de Amama ha recalcado que lo peor ha venido esta semana cuando han sufrido el boicot de su sede, el domingo en el que se conmemoraba el día del cáncer de mama, y el martes cuando, tras interponer una denuncia ante la Fiscalía para que investigara la presunta desaparición y manipulación de historiales médicos, escucharon cómo el consejero de Sanidad les pedía que dejaran de “lanzar infundios”, cuando horas después se reconocía que una caída del sistema había impedido acceder a las pruebas diagnósticas. “Les importamos una mierda”, ha zanjado Claverol, que se ha mostrado reticente a pronunciar ese término, aunque lo ha hecho alentada por su junta directiva, muchas de ellas mujeres con metástasis y algunas víctimas de los retrasos en los diagnósticos de cáncer de mama. Francisco Serrano ha venido desde la Puebla de Cazalla (Sevilla) junto con otros 150 vecinos, porque a su mujer le detectaron un bulto en una mamografía hace “bastante tiempo” y todavía no le han llamado para una segunda prueba. “Hay que defender la sanidad pública”. También Carmen, que ha venido en su coche desde La Puebla de los Infantes (Sevilla), sabe lo que es estar “reclamando una cita” para su revisión. “He tenido cáncer y tengo que insistir para las revisiones y para que me den los resultados. Ojalá no tengas nunca que verte enchufada a una máquina”, se lamenta. “¿No os da rabia pedir cita en el médico de cabecera y que tarde dos o tres semanas? ¿No os da rabia que el traumatólogo tarde un año? ¿No os da rabia que a vuestros mayores no los atiendan bien? Pues a las pacientes oncológicas se nos va la vida literalmente en las revisiones y siguen llamándonos tarde. Queremos vivir porque nuestras vidas no pueden esperar. El tratamiento a las pacientes oncológicas no es de calidad”, ha dicho sobre esa espera, Claverol.Las mujeres de Amama han querido en todo momento desvincular sus reclamaciones del partidismo político. Están muy molestas por las críticas que, sobre todo, vertió la anterior consejera de Salud, Rocío Hernández, que les recriminó que se hubieran reunido antes con el PSOE de Andalucía que con la Junta. “Las mujeres andaluzas quizás seamos más listas que ustedes porque nos importa nuestra gente. Nos importa el pueblo. Nos importan las mujeres, los hombres y los niños. A nosotros sí nos importa y no tenemos ningún carguito y no pertenecemos a nada. Años de recortes. Años que venimos sufriendo”, ha reivindicado.Concentración en San Telmo por los fallos en el cribado del cáncer de mama en Sevilla.PACO PUENTES (EL PAÍS)Antes que Claverol, ha tomado la palabra Cristina Medina, actriz sevillana que también ha padecido cáncer de mama. Ella ha querido poner el énfasis en la soledad y la incomprensión y el shock emocional que subyacen detrás de cada tratamiento y ha pedido que esta crisis suponga un “antes y un después” en el ámbito de la oncología, en el que se una la investigación y también los derechos que los pacientes de cáncer no tienen reconocidos. “No existimos como colectivo, no tenemos derechos sociales, laborales ni económicos”, ha dicho la intérprete, que ha demandado una auditoría externa del programa de cribados. La concentración de este domingo venía motivada por la mala gestión en el cribado del cáncer de mama, pero se ha convertido en un clamor, otro más, contra la situación de la sanidad pública andaluza. Este verano, 20.000 personas llenaron las calles de Sevilla advirtiendo contra su deterioro. Algún manifestante pedía a Moreno que “tomara nota”. Hoy, la advertencia se ha convertido en un clamor pidiendo su dimisión. Unos gritos que empezaron a escucharse por primera vez hace tres semanas, también durante la concentración, casi espontánea, en apoyo de las víctimas de las mujeres de cáncer de mama.

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