A pesar de todo, de los dolores en el sóleo y el gemelo, de la exigencia meteorológica y el desgaste, de sus 38 años y de que durante esta última aparición Jaume Munar le haya apretado más y más, Novak Djokovic combate y resiste. Y, efectivamente, sale adelante. Él, contra viento y marea. Adonde no llega el físico llega la mente, y si no esa capacidad única para adueñarse de los partidos y sobreponerse a casi todo. Se duele de la pantorrilla, le atienden, luego se desploma y después de que los médicos le tomen la tensión, reacciona, se levanta y gana: 6-3, 5-7 y 6-2 (tras 2h 41m). Ya pisa los cuartos de final del Masters 1000 de Shanghái, en los que se encontrará el jueves con el belga Zizou Bergs. Siempre y cuando su cuerpo se lo permita, claro.Es Djokovic contra todo, contra la propia lógica. A su edad, tal vez lo razonable sería que cediera ante la adversidad planteada por capítulos como el de Munar, una década más joven, garras fuera y en plenitud profesional. Sin embargo, el serbio sabe de la oportunidad y aprieta los dientes, su eterna cruzada: ¿Por qué no otro Masters 1000? Serían 41 para él, hombre récord; 101 trofeos en total, el segundo de esta temporada en la que los números transmiten que pese a haber competido a sorbos, cuando él lo considera, solo ha sido superado por los dos nuevos fenómenos. Preguntado esta semana sobre cuáles eran sus planes de aquí a final de año, dejó en el aire su participación en Bercy o la Copa de Maestros, las dos citas más sugerentes que restan; en cambio, sí apuntó a un destino: Grecia. ¿Por qué?Más informaciónEs la historia de un desencuentro que se remonta a noviembre del año pasado, cuando el derrumbe de una marquesina en la estación ferroviaria de Novi Sad —al norte del país, alrededor de 390.000 habitantes— se saldó con una quincena de fallecidos y activó una ola de protestas estudiantiles contra el Gobierno conservador de Aleksandar Vucic (Partido Progresista Serbio, SNS). Entonces, Djokovic, contemplado hasta ese instante por la presidencia como un héroe nacional, se pronunció en favor de las manifestaciones: “Como alguien que cree profundamente en la fuerza de los jóvenes y su deseo de un futuro mejor, creo que es importante que su voz se escuche. Serbia tiene un enorme potencial, y la juventud educada es su mayor fortaleza”, argumentó el campeón de 24 grandes.Djokovic, sobre el suelo durante el partido contra Munar.ALEX PLAVEVSKI (EFE)Posteriormente, en enero, el deportista incidió en el mensaje, a la vez que las protestas contra la corrupción gubernamental —las mayores en 25 años— se intensificaban: “Mi apoyo va siempre a los jóvenes, a los estudiantes y a aquellos a quienes pertenece el futuro de nuestro país”. A partir de ahí, todo cambió. Vucic, el mismo que le había defendido públicamente tras el arresto y la deportación de Australia en 2022, el que proclamaba orgulloso que Djokovic estaría siempre “en los corazones” de los serbios por su obra, su patriotismo y su beligerante ejemplaridad, el que ondeaba su nombre en forma de bandera, pasó a señalarle de forma pública al interpretar que esas movilizaciones respondían a un “intento de revolución orquestado por agentes extranjeros” y el respaldo equivalía poco menos que a “traición”. Montecarlo, Marbella y AtenasDesde que se asomase por la élite de su deporte, Djokovic ha subrayado siempre su profundo sentido patriótico, anteponiendo incluso los éxitos logrados defendiendo los colores de su país —la Copa Davis de 2010 o el oro olímpico de 2024, entre otros— a los conseguidos en el circuito de la ATP. “Estoy orgulloso de venir de donde vengo y de representar cada día a mi país. Amo y seguiré amando a Serbia, aunque a veces me enfrente a obstáculos por ello”, llegó a manifestar. Su compromiso ha sido incuestionable e inquebrantable, pero el desencuentro con la autoridad crece y ante las acusaciones de los medios afines al Gobierno serbio, que le tachan de “falso patriota” por su solidaridad con las protestas, el tenista ha decidido mover ficha y desmarcarse. Oficialmente, Nole residió durante más de 15 años en Montecarlo, aunque en los últimos tiempos ha pasado largas temporadas en Marbella, donde vive su hermano Marco y adquirió una mansión valorada en 10 millones de euros en 2020. No obstante, sus visitas a Belgrado siempre han sido frecuentes; en unas ocasiones para darse un baño de multitudes, en otras para ejercitarse y otras veces, sencillamente, por una mera cuestión afectiva. Ahora, sin embargo, el tenista parece haberse decantado por Grecia como nuevo centro de operaciones. Este verano descansó en Mykonos, se le ha visto pelotear con su hijo Stefan en un club de Atenas y, según precisa la prensa serbia, él y su familia disfrutan de la vida en el exclusivo barrio de Glyfada.Djokovic recibe atención médica.ALEX PLAVEVSKI (EFE)En cualquier caso, si hay un movimiento que refleja el roce con el presidente Vucic es el traslado de su torneo a la capital griega. Según informó el portal Sport Klub en agosto, formalizó después la ATP y confirmó finalmente la propia organización, la familia Djokovic, propietaria de la licencia del Belgrade Open, ha optado por celebrarlo en Atenas este año porque “a pesar del gran compromiso y los esfuerzos realizados, no se han podido garantizar las condiciones necesarias para llevarlo a cabo en la fecha y formato previstos”. No obstante, “continuará trabajando para crear las condiciones necesarias para que el torneo profesional se celebre de nuevo en Belgrado en el futuro”.Por tanto, el Hellenic Championship (nuevo nomenclatura) se disputará del 2 al 8 de noviembre en el OAKA Basketball Arena —sede baloncestística del Panathinaikos—, bajo la dirección de su hermano Djordje. Y por ahí desfilará próximamente él, pese a que la cita se solape con el inicio de la Copa de Maestros (a partir del día 9). A la hora de priorizar, hoy por hoy, Djokovic lo tiene claro. Entretanto, las publicaciones afines al Gobierno serbio hablan de una “huida” del deportista, que se había reunido un par de veces con el primer ministro heleno, Kyriakos Mitsotakis, para valorar la posibilidad de la mudanza. De este modo, Grecia acogerá su primer torneo de la ATP desde 1994.Cambiará el marco, pero no el fondo de la historia: sigue y sigue Djokovic, el cuartofinalista más veterano de un Masters 1000; desde 2019, el honor recaía en el suizo Roger Federer.OTRO “DURO DÍA EN LA OFICINA”A. C.Al margen de todos los avatares que sufrió, Djokovic ofreció ante Munar un nivel elevado, teniendo en cuenta que el español (41º del mundo) le exigió de inicio a fin y que, sin duda, atraviesa por el mejor momento de su trayectoria; de hecho, con los octavos firmados en Shanghái, el mallorquín iguala su mejor registro en un Masters 1000 (este mismo curso en Roma).
“Duro día en la oficina”, describió el balcánico, que se encontrará el jueves con Bergs. El belga se impuso a Gabriel Diallo por 3-6, 7-5 y 7-6(8). En los otros cruces del día, Holger Rune batió a Giovanni Mpetshi Perricard (6-4, 6-7(7) y 6-3) y el monegasco Valentin Vacherot a Tallon Griekspoor (4-6, 7-6(1) y 6-4).
Cabe recordar que el torneo ya no cuenta con la participación del cabeza de serie principal, Jannik Sinner, retirado en la ronda anterior. Este miércoles se resolverán los octavos de final con los siguientes duelos (Movistar+): Rinderknech-Lehecka, Borges-De Miñaur, Aliassime-Musetti y Tien-Medvedev.

Masters de Shanghái 2025: Djokovic ya no es un buen patriota; ahora, Nole es un “traidor” | Tenis | Deportes
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