Organizaciones agrícolas y de transportistas han unido fuerzas y han convocado a un paro nacional el 24 de noviembre. El bloqueo de carreteras, la toma de aduanas y el cierre de pasos fronterizos son algunas de las acciones que realizarán en la jornada. La fórmula ha funcionado para presionar al Gobierno de Claudia Sheinbaum para que atienda sus demandas. El rechazo a la aprobación acelerada de la Ley de Aguas propuesta por la presidenta, la exclusión de los granos básicos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), la creación de una banca de desarrollo para el campo, —desaparecida por el expresidente Andrés Manuel López Obrador — y mejores precios de garantía, además de mayor seguridad en las carreteras federales, forman el pliego petitorio. Los líderes de distintos sectores del campo han cumplido los acuerdos pactados este fin de semana, adelantados por este periódico. El Frente Nacional para el Rescate del Campo y la Asociación Nacional de Transportistas, anunciaron el lunes la sinergia. “A partir de hoy, cada bloqueo campesino será también un bloqueo transportista, y cada demanda del transporte será una exigencia del campo”, han dicho en un comunicado. En conferencia de prensa este martes frente a Palacio Nacional —sede de la presidencia—, líderes campesinos y transportistas han dibujado la hoja de ruta que seguirán para hacerse escuchar. La intención del bloque oficialista formado por Morena, PVEM y PT de acelerar la discusión de la Ley de Aguas Nacionales de Sheinbaum para que avance en el Congreso antes del 15 de diciembre ha creado un nuevo punto de conflicto entre las organizaciones agrícolas y ganaderas y el Gobierno. El punto más polémico del conflicto recae en que las concesiones para el uso del agua ya no podrán ser transmitidas entre particulares, teniendo que volver al Estado para que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) las pueda reasignar. La justificación para esta prohibición es acabar con el mercado ilegal de concesiones de agua que se ha creado en el país. De acuerdo con los campesinos, esto les imposibilita heredar o vender sus tierras, ya que sin el permiso para uso del agua no tienen valor.El tono de las movilizaciones se ha radicalizado. Un par de semanas atrás, la disputa por el precio de la tonelada de maíz llevó a que los campesinos bloquearan durante dos días las carreteras en al menos 20 Estados de la República. El anuncio de este martes va más allá. Incluye, la toma de aduanas, el cierre del paso a camiones de carga y un paro total de labores de transportistas. El diálogo con el oficialismo no ha llegado. Un día antes del anuncio, los agricultores fueron plantados por diputados de Morena en la Cámara baja. La reunión programada con Alfonso Ramírez Cuéllar, vicecoordinador de la bancada de Morena, no se logró. Los campesinos han puesto como moneda de cambio para reconsiderar la movilización, la disposición del Gobierno para instalar una mesa de diálogo. La apuesta de los representantes del campo mexicano es que la presidenta Sheinbaum se siente con ellos para escuchar sus demandas, sin los secretarios de Estado como intermediarios.

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