TikTok se vuelve de derechas. La red social de mayor crecimiento en el mundo y la más popular entre los jóvenes, operará finalmente en EE UU bajo una empresa segregada de la matriz china, pero con una junta directiva controlada por la Casa Blanca, que ya ha expresado sus preferencias. “Lachlan y Rupert Murdoch probablemente estarán en el equipo (directivo)”, dijo Donald Trump en Fox News, una de las cadenas controladas por los Murdoch. También estará Larry Ellison, fundador de Oracle y amigo personal del presidente. TikTok es la última gran red social en dar ese giro conservador. Ya lo hicieron Facebook e Instagram cuando, al poco de ganar Trump las elecciones, su dueño, Mark Zuckerberg, se convirtió en un simpatizante del movimiento MAGA. Dos años antes, Elon Musk convirtió Twitter en X, una plataforma cuyo algoritmo da especial visibilidad a publicaciones racistas, engañosas o que apoyen a candidatos ultraderechistas de todo el mundo.“Quiero que unáis las piezas, porque lo que quiere decir esto es que todas las plataformas masivas de redes sociales de Estados Unidos están controladas por la derecha”. La congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez lanzó esta advertencia en enero, tras publicar TikTok un mensaje en el que le agradecía al recién estrenado presidente Trump que evitara el cierre de la plataforma en EE UU con una prórroga en el plazo para resolver su venta. El establishment de las Big Tech no ha escondido su buena sintonía con el republicano, dejándose ver en cenas y diversos actos de carácter cortesano en la Casa Blanca.Más informaciónTambién se ha formalizado ese acercamiento por la vía de los hechos. Acaso el más significativo sucedió en enero, pocos días antes de la vuelta de Trump al poder: Meta, empresa matriz de Facebook e Instagram, anunció la supresión de la verificación externa de contenidos, la ya de por sí porosa barrera que trataba de mantener a raya los contenidos inadecuados y que inciten al odio —contenidos como los difundidos por el propio Trump, cuya cuenta fue suspendida tras el asalto al Capitolio—. Sustituyó ese mecanismo por un sistema de notas de la comunidad similar al que adoptó en su día X, una red social que ha aupado la difusión de mensajes de la ultraderecha. Las notas de la comunidad son comentarios hechos y votados por los propios usuarios, y sustituyen a los miles de moderadores y verificadores que fueron despedidos por X y Meta.La decisión de qué se puede o no difundir por redes es capital, y depende de cada empresa. “Las grandes plataformas digitales han dejado de ser solo empresas tecnológicas: son actores políticos con un sesgo claro, una extensión del poder de los estados”, opina Carmela Ríos, experta en redes sociales y desinformación. “Que hoy estén mayoritariamente controladas por ultraconservadores significa que esos sectores han comprendido que las redes sociales y su imponente capacidad para redefinir la comunicación y la conversación global han sido y son herramientas indispensables en su conquista del poder”. Hace unos días en Nueva York, Benjamin Netanyahu señaló ante un grupo de influencers que las redes sociales son el “arma más importante” y que controlar TikTok era “decisivo”. Al otro lado, muchas voces critican a la Administración Biden por haberle servido TikTok en bandeja a la derecha al legislar contra su control chino.The richest man on earth owns X.The second richest man on earth is about to be a major owner of TikTok.The third richest man owns Facebook, Instagram, and WhatsApp.The fourth richest man owns The Washington Post. See the problem here?— Robert Reich (@RBReich) September 24, 2025

Algunos estudios destacan la importancia, por ejemplo, de TikTok en la consolidación y articulación de partidos de extrema derecha en Finlandia o en Suecia. Al ser esta una plataforma especialmente implantada entre los jóvenes, sirve como correa de transmisión de ideas y mensajes para un segmento de población mayormente ajena a los medios de comunicación. En España, Vox tiene unos 750.000 seguidores en TikTok, más del doble que PSOE (150.000), Sumar (85.000) y PP (70.000) juntos.El idilio de las redes con los contenidos asociados a la extrema derecha va más allá de una cuestión de agenda. “Los algoritmos promueven históricamente lo que genera más atención, porque eso genera más ganancias a través de la venta de publicidad. Los mensajes de extrema derecha generan muchas interacciones, tanto a favor como en contra, y eso hace que los algoritmos refuercen y promuevan más ciertos contenidos”, explica Cecilia Rikap, profesora de Economía en la University College London y directora de investigación del Instituto para la Innovación y el Propósito Público (IIPP) de ese centro.En tanto que las propias plataformas son, a través del diseño de sus algoritmos, las que deciden qué contenidos son o no aceptables, la situación actual de las plataformas muestra que “las grandes empresas tecnológicas y sus fundadores combinan el tradicional ánimo de lucro con la búsqueda de control social y político”, concluye Rikap. “Al promover el odio contra las mujeres, los inmigrantes y la población queer, al apelar a las pasiones más viscerales de la ciudadanía, el modelo de negocio de Silicon Valley está directamente relacionado con la capacidad de Trump para movilizar a sus votantes”, apunta por su parte Ekaitz Cancela, autor de Utopías digitales, Imaginar el fin del capitalismo (Verso Libros) e investigador en el grupo Tecnopolítica del CNSC/IN3 de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).Cena celebrada el 4 de septiembre en la Casa Blanca con los principales empresarios del sector tecnológico.Brian Snyder (REUTERS)Efecto sobre los usuariosPara Ríos, el impacto en los usuarios de la derechización de las redes es profundo. “Se normalizan discursos que antes eran marginales, se amplifica la polarización y se alimenta una sensación de desconfianza hacia la prensa, las instituciones o la ciencia. Produce un paisaje donde la desinformación circula con más fuerza y se integran a la conversación general. Es una deriva que convierte a las redes en trincheras ideológicas y debilita el espacio común de conversación que necesitan las sociedades democráticas”.Hay evidencias que indican que los usuarios de derechas son más dados a consumir desinformación. Un macroestudio elaborado con datos de millones de usuarios de Facebook confirmó en 2023 que las noticias que se mueven a través de esa red social tienen un marcado sesgo conservador y que quienes consumen aplastantemente la información etiquetada como falsa son los usuarios que se declaran de derechas.Las compañías tecnológicas siempre han cultivado la cercanía del poder político, sea quien sea el presidente. “Pero lo que vemos ahora no es solo oportunismo: es también un alineamiento cultural”, opina Ríos. “Algunos de los dueños y ejecutivos comparten la visión trumpista de la libertad sin reglas y de un mercado sin contrapesos. La sintonía no es solo táctica, es también ideológica”. El hecho de que el Gobierno de EE UU pase a controlar la red social más exitosa de los últimos tiempos tiene lecturas diversas. “El caso de TikTok nos dice que Trump seguirá apelando a la seguridad nacional para interferir y controlar la vida pública de los ciudadanos, sentando las bases para un giro hacia el autoritarismo y la vigilancia política del contenido, lo que acaba con todo atisbo de un internet libre”, indica Cancela.

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