“Este momento lo compensa todo”. Esta no es la típica frase con la que empezaba el discurso de aceptación de un premio, pero es que la historia de quien la pronunció tampoco es del todo normal. Lara Raj (Los Ángeles, 19 años) fue escogida entre 120.000 candidatas para convertirse en una de las seis integrantes de Katseye, un experimento inédito en la industria musical. El grupo fue concebido para exportar las metodologías del pop coreano, o K-pop, al resto del mundo. Y parece estar lográndolo porque hace unas semanas conseguía su primer galardón: el VMA a la mejor performance emergente. Para comprender el fenómeno basta con atender al resto del discurso: “Gracias a las discográficas Geffen y Hybe. Y a nuestro líder visionario, el presidente Bang”. Acababa después con agradecimientos en otras dos lenguas: filipino y tamil.Este aspecto multilingüe no es casualidad. En Katseye nada lo es. Ni las infinitas campañas comerciales —como la que este verano protagonizaron para la marca GAP— ni los bailes de TikTok que acompañan, y a veces eclipsan, a temas tan virales como Gabriela. Todo ha sido estudiado durante años por decenas de ejecutivos encabezados por un único responsable: Bang Si-hyuk, aquel “líder visionario” del discurso. Bang es el fundador y presidente de la discográfica surcoreana Hybe, responsable del éxito de bandas como BTS. Empezó como un músico amateur y ahora es considerado por la revista Forbes uno de los hombres más ricos de Corea —la publicación le calcula una fortuna de 2.400 millones de dólares—. Más informaciónEn 2021, ante la inminente conquista internacional del K-pop con grupos como Blackpink, Bang pensó que era el momento de exportar a otros países el particular universo que rodea a este fenómeno. En una entrevista con The New Yorker, comparaba la creación de los grupos de K-pop con una labor de “ingeniería” y reconocía que para ello pasaba meses estudiando las dinámicas y las reacciones del público con un método muy parecido al que tiene una IA. A la izquierda, John Janick, CEO de la discográfica Geffen, y Bang Si-Hyuk (a la derecha), funadador de Hybe, posan con las integrantes de Katseye, en noviembre de 2023 en Los Ángeles (California).Christopher Polk (Billboard via Getty Images)Para crear Katseye se apoyó en dos pilares fundamentales: primero, un aliado internacional —tras meses de conversaciones, firmó un acuerdo con Geffen, uno de los sellos del gigante Universal—; y segundo, casi igual de importante, un reality. En Corea, los conocidos como survival shows, o programas de supervivencia, son piezas clave para cultivar un público fiel que acompaña y participa en la formación de los grupos mientras enfrentan distintas pruebas de talento (grabar un videoclip, recrear una coreografía…). Tras un casting gigantesco por el que pasaron más de 120.000 candidatas de todo el mundo (conseguir perfiles de todos los continentes era vital para alcanzar el ideal de “grupo global”), se escogieron 20 perfiles para participar en Dream Academy, un reality que primero se retransmitió por YouTube y que, una vez terminado, se convirtió en el documental de Netflix Pop Star Academy: Katseye. La polémica más relevante del programa fue que, en un principio, no se comunicó a las concursantes que estaban inmersas en este tipo de formato.Pasaron todo un año en Los Ángeles entrenando la disciplina del K-pop para lo que pensaban que era el casting normal de un grupo. “La metodología consistía en perfeccionar al máximo nuestra capacidad de canto, baile y, sobre todo, la sincronización en las coreografías grupales para convertirnos en las mejores artistas”, contaba meses después Yoonchae, una de las seis componentes finales, a la revista InStyle. Una vez todas entendieron los códigos, se les reveló que, en realidad, formaban parte de un survival show, en el que tendrían que pelear entre ellas para ganarse el favor del público. A partir de entonces, se enfrentaron a varios retos en los que se juzgaba su desempeño en categorías tan difíciles de definir como “actitud” o “talento de estrella”. Aquellas que no conseguían un gran seguimiento del público eran expulsadas. Finalmente, en noviembre de 2023, se escogió a las integrantes definitivas: Sophia, filipina de 22 años, se convirtió en la líder del grupo; Daniela, estadounidense de 21 años de origen latino, en la bailarina principal; Lara, estadounidense de 19 años de origen indio, en la vocalista principal; Manon, suiza de 23 años y de padre ghanés, fue elegida como lo que los fans llaman “centro visual”, la más carismática y con más presencia escénica y, por eso mismo, muchas veces ubicada en el centro de las coreografías; Megan, estadounidense de 19 años nacida en Hawái, fue nombrada all-rounder, es decir, la más versátil de todas y, por último, Yoonchae, surcoreana de 19 años, pasó como la maknae o benjamina del grupo.Durante todo el proceso fue clave la participación del público a través de Weverse. Esta aplicación, a medio camino entre una red social, una página de comercio electrónico y un foro de fans, fue concebida en 2019 por la misma productora Hybe para desarrollar el vínculo de los fans del K-pop con sus ídolos, alejados del odio de muchos rincones de internet. “Los artistas que la utilizan se sienten mucho más seguros que cuando se les arroja al salvaje mundo de las redes sociales”, explicaba a The New Yorker uno de los encargados de la plataforma. A través de Weverse los fans votaron a sus favoritas y, desde entonces, reciben notificaciones diarias que van desde mensajes “privados” de las Katseye para felicitarles el día hasta anuncios de los nuevos conciertos. Así se les comunicó el nombre oficial que la discográfica había decidido para ellos: Eyekons.De izquierda a derecha, Lara Raj, Megan, Manon, Sophia, Daniela y Yoonchae, integrantes de Katseye, en la alfombra roja de los MTV Video Music Awards 2025.Kevin Mazur (Kevin Mazur/Getty Images for MTV)Desde entonces, cautivar a esos Eyekons con una simbología y un universo propios se convirtió en la prioridad del grupo. Para ello cuentan con Humberto Leon, director creativo antiguamente al frente de la marca Kenzo. “Estoy involucrado en cada decisión del grupo, ya sea si las chicas se pueden pintar las uñas de un color o cómo se va a enfocar el próximo videoclip”, confesaba a la revista New Musical Express. Frente a los directores creativos de otras estrellas, él supervisa hasta el último detalle de Katseye. “Intentamos que las chicas hagan guiños a la cultura de la que viene cada una, pero sin que resulte forzado y las convierta en un simple símbolo”, contaba hace meses a Los Angeles Times. Así, Leon unifica al grupo entero bajo el llamado Y2K o estilo de los años dosmil que, a través de pantalones de tiro bajo o tops, invoca a referentes claros como Shakira o Milla Jovovich. Aunque, eso sí, todos los looks suelen incluir pequeños distintivos que hacen las delicias de los fans.En la jerga del K-pop estos detalles se llaman charms, es decir, rasgos del carácter particular de cada integrante que se representan con distintos iconos. En el caso de Katseye: una llave para la empatía de Lara, un escudo para el coraje de Daniela o un ancla para la estabilidad de Sophia. Estos detalles son clave para la identificación con el público, pero sobre todo para el merchandising. Porque gran parte del furor que causan se debe a sus colaboraciones comerciales. En cada campaña cada una escoge un producto según su personalidad y así siguen cultivando el vínculo con los Eyekons. En apenas un año han colaborado con marcas de muñecas como Monster High, de maquillaje como Glossier, de joyería como Pandora o de lujo como Fendi. Aunque la más relevante ha sido con la marca estadounidense GAP, con la que se dieron a conocer mundialmente.El anuncio desató la locura por ofrecer una visión interracial de los clásicos vaqueros americanos, muchos lo vieron como una respuesta a la polémica por el supuesto racismo del anuncio de los jeans de American Eagle con la actriz Sydney Sweeney, y también por la cuidada coreografía al más puro estilo K-pop con la que acompañaban el tema Milkshake de Kellis. Podría sorprender que alcanzaran la fama con un tema que no es suyo, pero, en realidad, se dedican precisamente a eso. Los dos EP que han lanzado, SIS (Soft is Strong) el año pasado y Beautiful Chaos hace tres meses, contienen listas interminables de compositores y productores y en ninguna figuran las integrantes de Katseye. Su especialidad, y en lo que fueron formadas durante el concurso, es interpretar los temas de otros en el escenario, derrochando carisma y con unas coreografías estudiadas al milímetro. Estos pasos de baile, repetidos en redes hasta la saciedad, son los que han conseguido que ya hayan pisado escenarios de medio mundo y el próximo noviembre se dispongan a empezar su primera gira completa en Estados Unidos.Ante el éxito de este primer experimento, Hybe y Geffen acaban de anunciar un nuevo grupo compuesto por cuatro miembros. Las tres primeras serán antiguas concursantes que no llegaron al final de Katseye y la cuarta se decidirá en un nuevo reality, esta vez centrado solo en participantes japonesas. La idea es que los grupos interaccionen y colaboren entre sí. Todo un multiverso del K-pop, próximamente, en sus mejores tiktoks.

Katseye, el primer grupo de K-pop global nacido en un ‘reality’ y diseñado al milímetro para triunfar | Gente
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