
La población de la isla de Hormuz, en Irán, vivía hasta hace poco de la pesca y del tráfico ilegal de mercancías. Hoy, una quinta parte del petróleo que el mundo consume anualmente pasa por el estrecho de Hormuz. Las 6000 personas que viven allí han tenido que reinventarse. Y lo han hecho pidiendo ayuda a los artistas.En 2008, un grupo de artistas iraníes, capitaneados por Ali Rezvani, lanzaron, en la isla de Hormuz, el festival Soil Carpet para invitar a creadores a jugar con las montañas y los colores de las arenas del lugar. La iniciativa fue celebrada, pero fracasó porque los visitantes no tenían donde pernoctar. Los arquitectos del estudio ZAV plantearon una solución a cómo construir sin destruir.Más informaciónLas residencias Majara son, en realidad, intervenciones en la arquitectura existente. Pensadas como un puente para el progreso del lugar y para la relación entre visitantes y lugareños, levantaron un centro cultural y un muelle. Para ampliar el hospedaje idearon pequeñas estancias a la manera en que tradicionalmente se levantan los depósitos para mantener el agua fresca. Así, utilizaron el método constructivo local ‘superadobe’ basado en aplicar capas de bolsas llenas de arena local y muy poco cemento para unirlas y dar rigidez a la construcción. Hoy, como mejora, una estructura de acero, cubierta por el cemento, completa las instalaciones. La solución es económica, actual y a la vez tradicional. Actualiza la tradición. Además, ha servido de empleo a quienes conocen la tradición: los obreros locales que, a la vez, actualizaron su formación para poder levantar inmuebles más seguros, más velozmente construidos y más económicos. Vista aérea del conjunto proyectado por el estudio iraní ZAV.Aga Khan Trust for Culture / Deed Studio.La residencia Majara es hoy un complejo de 200 cúpulas, las estructuras vernáculas para acumular agua han sido ahora levantadas como habitaciones temporales. Los espacios emulan las colinas circundantes y están conectados con patios y senderos. Hay estancias para 75 personas y residencias para 10 artistas. El resto de las cúpulas protege una biblioteca pública, un restaurante y otros servicios. Con sede en Teherán, los arquitectos de ZAV han firmado ya el Centro Cultural Rong en la propia isla y, hace una década, el Orfanato para chicas en Khansar. El conjunto de estancias en Hormuz ha recibido uno de los premios Aga Kahn a la mejor arquitectura por su capacidad de relacionar el contexto geológico con un control de los nuevos usos. Senderos de hormigón y piedra conectan las viviendas temporales.Aga Khan Trust for Culture / Deed Studio.Es, una vez más, una propuesta de cambio para esquivar el gran cambio: la transformación que equivale a una desaparición. Así, el jurado entendió la iniciativa como una alternativa al modelo global de turismo: lo abierto frente a lo exclusivo, un marco inclusivo pero limitado, que no sobrecargará los límites energéticos ni excederá el consumo de agua de la isla. Por eso, la intervención es a la vez una respuesta a una necesidad, un límite a su explotación y una actualización de la tradición y por lo tanto, una vía de futuro.
Arquitectura para un turismo alternativo | Del tirador a la ciudad | Cultura
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