Ricardo Salinas Pliego se dió la noche de este sábado un baño de masas para celebrar su 70 cumpleaños. Más de 22.000 personas llenaron el Arena Ciudad de México, un recinto muy popular y propiedad del empresario. Había expectación por comprobar cuál sería la puesta en escena, alguna pista más para descifrar las intenciones del magnate, que lleva tiempo sumergido en una campaña política contra Morena y, a la vez, buscando una negociación para saldar su millonaria deuda con el fisco. Hubo otra vez ataques al gobierno -“son ineptos que no saben”-, una sátira circense de Morena, a los que representó con botargas con forma de ratas, y hubo también otro nuevo guante lanzado a Claudia Sheinbaum: “que nos digan cuánto hay que pagar para poder liquidarlo en menos de 10 días. Presidenta, ¿usted lo que quiere es cobrar y terminar con este penoso asunto, o quiere destruir al Grupo Salinas?”El magnate habló al final del evento, tras conciertos, eventos circenses y videos satíricos hechos con inteligencia artificial. Antes, había llegado a lugar en helicóptero, acompañado de su esposa. Salinas Pliego no escatimó en gastos para su gran evento, que estuvo cerrado a los medios de comunicación. A cada asistente se le regaló un talonario para que lo canjeara gratuitamente por comida, agua, refresco y cerveza. También una playera con la imagen caricaturizada del Tío Richie, como se le conoce popularmente. El empresario rifó dos motos y armó un concierto con la participación del cantante Carlos Rivera, nacido en los programas de TV Azteca, el canal propiedad del empresario. Ricardo Salinas y María Laura Medina en la Arena Ciudad de México, este sábadoFamilias enteras acudieron al baño de masas de Salinas Pliego. Por la enorme arena hubo pantallas que reflejaban el avatar del empresario, aderezado en relucientes tonos dorados e imágenes de monedas de Bitcoin, uno de sus emprendimientos. Hubo una kiss cam que enfocaba a los asistentes y les instaba a besarse. De pronto, apareció un video hecho con inteligencia artificial que mostraba al senador de Morena Adán Augusto López, transfigurado en un vampiro, besando a la senadora Andrea Chávez. Cuando se descubren enfocados, ambos reaccionan embarazosamente, como aquella pareja en el concierto de Coldplay. La escenificación arrancó las risas del público. Antes del comienzo del concierto, por las pantallas pasaron videos de mensajes grabados por los conductores estrella de su televisora y de empleados de sus empresas, deseándole feliz cumpleaños. Uno de esos mensajes se lo grabó el historiador Enrique Krauze, del sector más crítico con los gobiernos de Morena.Otro video, hecho con inteligencia artificial, mostraba un Zócalo repleto de gente, rebosante de alegría, esperando la llegada de Salinas Pliego, que llegaba en helicóptero, alejado desde esa enorme altura del pueblo que le aclama. El Zócalo es el gran símbolo del poder político de México. Es donde suelen desembocar todas las movilizaciones ciudadanas. Ha sido también donde López Obrador ha mostrado su músculo político. Salinas Pliego lo ha hecho en su Arena, a la que, por cierto, Andrés Manuel López Obrador acudió en agosto de 2018, siendo presidente electo, a un evento de robótica patrocinado por el empresario.Allí, cuando aún ni comenzaba el sexenio, ambos intentaron acercar posturas. Llegaron incluso a llamarse amigos, antes de romper definitivamente. El motivo de la ruptura, según el empresario, fue un supuesto acuerdo frustrado entre ambos para reducir el pago de los 74.000 millones de pesos que debe al SAT por impuestos no pagados. A partir de entonces, el empresario, el quinto hombre más rico de México, comenzó una dura campaña contra el morenismo y todo lo que representara a la izquierda. Llegando incluso con coquetear con la opción de entrar de lleno en política. Escenario del evento de este sábado.Entre las enormes filas de personas formadas para canjear sus cupones de comida y bebida circulaban animadores en zancos, grupos teatrales, y vendedores. La arena estuvo dividida, como en cualquier conciertos, por clases: generales, gradas, palomeras, salones VIP. De cuando en cuando, el público coreaba el nombre del magnate: “¡Tío Richie, Tío Richie!”. Salinas Pliego observaba el desarrollo de su fiesta desde un palco, acompañado de su esposa y de sus invitados especiales. A veces se levantaba a bailar. Allí estaba cuando el público le cantó una porra: “Chiquiti bum…”.Mientras los conductores que dirigían la ceremonia se referían a Salinas Pliego como un hombre valiente y visionario, hubo una simulación de una interrupción de la señal por parte del Gobierno. “¿Qué está pasando?”, decían los maestros de ceremonias. Entonces el escenario fue asaltado por una veintena de personajes liderados por uno ataviado como maestro circense. Era el “Circo del Bienestar”, dijo el líder, en alusión al Gobierno de Morena. Un buen número de los personajes estaban disfrazados de rata y vestían un chaleco guinda, a la manera de los militantes morenista. Algunos líderes del oficialísimo fueron representados con botargas: Adán Augusto López (“Patán Augusto”), Gerardo Fernández Noroña (“Fernández Llorona”), Layda Sansores (“Layda Censuras”), Ricardo Monreal y Jesús Ramírez (uno de los mayores enemigos de Salinas Pliego y en cuya caricaturización se hizo especial énfasis). La gente se soltaba a reír, aplaudía, gritaba. Al final de la representación circense aparecieron botargas de López Obrador y sus tres hijos mayores, Andrés, José Ramón y Gonzalo. Llegaron rodeados de sicarios del “Cartel de Palenque”, según el cirquero, en referencia al lugar donde vive el expresidente. Luego entró a escena un narco —sombrero, chamarra de cuero, botas— que le entregó una bolsa repleta de dinero a López Obrador, no sin antes darse un abrazo fraterno. “No digan que no los apapaché durante seis años”, dijo la botarga del expresidente. El personaje repartió el dinero entre sus hijos. Después, el narco arrojó los manojos de billetes falsos al público. “Nada como repartir entre el pueblo bueno el dinero que nos robamos”, dijo el personaje caracterizado de López Obrador. El circo fue interrumpido por una manifestación de “Ciudadanos libres”, según se leía en las banderas que llevaban. Expulsaron a las ratas del escenario y volvieron a aparecer los conductores de TV Azteca. Uno de ellos dice: “¿Cuánto más vamos a tolerar, a aguantar? ¿No les enoja?” El público, en coro: “¡Sí!”. “Tenemos que actuar; México los necesita valientes, libres. Esto es un llamado a la acción”. Otro de los conductores estelares reclamó: “Estoy hasta la madre de que me mientan. De que digan que quieren ser pobres, cuando son ricos. Si queremos cambiar a México, algo tenemos que hacer”.

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