
Los mensajes de Signal. La búsqueda de pokemons. La venta de entradas de la nueva y esperada gira de La Oreja de Van Gogh. Incuso las camas inteligentes de Eight Sleep, que se quedaron inclinadas y empezaron a asar vivos a sus clientes. Los servicios y aplicaciones de más de 2.000 empresas de todo el mundo se vieron afectados el lunes por una caída en Amazon Web Services (AWS), que es la nube de Amazon y el lugar más importante en las alcantarillas de internet. Según el sitio web Downdetector, que monitoriza la actividad de la web, en unas horas se contabilizaron hasta 8,1 millones de quejas de usuarios de todo el planeta. Muchos de los servicios caídos restablecieron su actividad después de unas pocas horas, pero algunos siguieron experimentando problemas durante todo el día. Para la noche del lunes, Amazon afirmó que AWS ya había “vuelto a operar con normalidad”. El problema ahora, según los expertos, es saber hasta qué punto la infraestructura global de Internet se ha vuelto demasiado dependiente de unos pocos proveedores de servicios en la nube, y si eso tiene solución.Más informaciónEl caos empezó a las 3:11 de la mañana de la costa este de Estados Unidos; las 9:11 de la mañana, hora peninsular española. Entonces, una región de la nube de Amazon —la US‑EAST‑1 (Virginia del Norte)— registra los primeros fallos: aumento de latencias, errores de conexión y fallo en resolución de nombres de dominio o DNS, lo que le permite a usted visitar una página web cuando teclea su dirección en el navegador. Las interrupciones afectaron a miles de plataformas, juegos, apps y sistemas (Snapchat, Fortnite, Duolingo, Canva, Alexa…) que dependen de AWS. La causa principal fue un fallo en la resolución DNS de los puntos de acceso a DynamoDB, una base de datos interna de la que dependen multitud de servicios en AWS. Aunque la resolución de ese problema se consiguió a las pocas horas, la dependencia hizo que muchos servicios dejaran de funcionar correctamente, acumulando fallos en cadena que tardaron muchas horas en mitigarse completamente. Amazon no ha querido ofrecer más detalles al especto.“Pensemos en la nube de Amazon Web Services como una red de autopistas por las que circulan a diario miles de usuarios a la vez [en este caso, empresas]”, reflexiona Hervé Lambert, global consumer operation manager de Panda Security. ”Cuando una de las salidas clave de esas autopistas se interrumpe, no afecta a un solo vehículo sino a todos los que necesitan tomar esa salida y, por tanto, se forman atascos en cadena. Eso fue, más o menos, lo que pasó cuando cayó AWS”, explica. Pero, ¿qué es AWS y por qué es tan importante para tantas aplicaciones y servicios? Amazon Web Services es la principal empresa que ofrece servicios en la nube del mundo. Amazon no es el único jugador de este mercado; Google y Microsoft también tienen sus propias nubes. Pero sí es el más importante: 70 millones de sitios web usan AWS, según Built With.Amazon lanzó su nube en 2006, y supuso un cambio radical en Internet. Lo que hizo la compañía fue ofrecer infraestructura bajo demanda a empresas y gobiernos. Básicamente, puso sus máquinas a trabajar para que aplicaciones, webs y servicios en línea funcionen sin necesidad de que cada compañía tenga sus propios servidores físicos. A día de hoy, la mayor parte de empresas de internet usa nubes como la de Amazon, por razones de coste, flexibilidad, mantenimiento y seguridad; si no lo hicieran, tendrían que comprar servidores físicos, y todo lo que eso significa —redes, licencias de software, mantenimiento, personal, etc.—. Así que ese modelo se ha impuesto y la nube es uno de los grandes negocios del siglo XXI: en 2024, el mercado global de computación en la nube alcanzó aproximadamente 752.000 millones de dólares en ingresos, según estimaciones de Grand View Research.Pero la interrupción del lunes demuestra que existe una dependencia casi global de un puñado de compañías y, en particular, de la región de la costa este de EE UU —donde están alojados gran parte de estos servicios—: muchos servicios y aplicaciones dependen de manera exclusiva de una sola nube y, cuando esta falla, lo que podría ser una fortaleza (dejar que tu negocio lo gestione un experto) se convierte en una brutal debilidad. “Necesitamos distribuir dónde se alojan nuestros datos, y podemos lograrlo usando múltiples proveedores de nube. Google y Microsoft ofrecen alternativas, y siempre que sea posible, las empresas deberían implementar sistemas de seguridad con otros proveedores. Sin embargo, esto es caro y no siempre factible; además, no funciona para todos”, explica Jake Moore, experto de la compañía internacional de ciberseguridad ESET.“Una de las vulnerabilidades más críticas que vemos en el uso de este tipo de hiperproveedor son las piezas comunes que todos comparten. Si se rompe la pieza que controla, por ejemplo, los accesos, puede pararse medio Internet a la vez”, coincide Lambert. Pero el problema no viene solo de usar un único proveedor; también está en confiar en una única región. “La concentración regional es otro de los puntos a revisar. Muchas cargas críticas se concentran en una sola región y si esa región ancla tiembla, cae todo el dominio del cliente”, dice este experto de Panda Security, que resume: “Internet está funcionando con pocos gestores centrales y muchas funciones críticas están concentradas en muy pocos operadores que regulan la vida digital. Y, si uno de esos proveedores falla, se puede producir una caída en cascada como la que vivimos el lunes”. Cori Crider, directora de The Future Institute, es muy crítica con lo que ha ocurrido: “Esto demuestra que dejar que grandes partes de la economía digital europea dependan de unos pocos monopolios estadounidenses nos ha colocado en una posición peligrosa y frágil, de la que tenemos que salir lo antes posible”. Esta experta en derechos digitales reflexiona: “Este corte de servicio es otro recordatorio de que Europa ha permitido que los monopolios de Silicon Valley controlen demasiada parte de nuestra infraestructura tecnológica crítica, y eso conlleva enormes riesgos económicos y de seguridad”.La excesiva dependencia de Silicon ValleyHay expertos que, sin embargo, ponen en contexto esta caída y creen que las ventajas de la nube superan con mucho los riesgos. “Volver a tener un tercio de Internet en funcionamiento tras unas pocas horas es, en realidad, bastante notable y debería servir de lección tanto a nivel global como local”, dice Moore. Lydia Leong, analista de Gartner, explica: “Esto no es un evento sin precedentes ni evidencia de que la nube sea intrínsecamente poco fiable. De hecho, siguió un patrón familiar que hemos visto en todos los proveedores durante la última década: un incidente regional que duró menos de un día”, dice. ¿Hay solución a esta extrema dependencia y, lo que es más importante, es deseable? Los expertos discrepan. “Hasta que no se cree una alternativa adecuada, seguiremos viendo estos problemas crecer y aumentar en gravedad”, dice Jack Moore. Para Lambert, Internet funciona cada vez más sobre pocas autopistas privadas y eso es bueno “porque nos permite ir más rápido, pero cuando hay atascos, nos paramos casi todos”. En su opinión, la solución no es huir de la autopista, sino “poner salidas de emergencia: otras rutas alternativas, copias fuera de la nube, una llave de repuesto, y ensayos regulares”. Crider es mucho más crítica: “La lección principal de este suceso es que la resiliencia nace de la diversidad y del control local. El apagón de AWS demuestra cómo la concentración del poder hace que internet sea frágil. Y no se trata solo de un riesgo tecnológico: también es un riesgo democrático y político”. La respuesta, según ella, es “introducir equilibrio en el sistema. Europa tiene el talento y la capacidad para hacerlo, pero requerirá tiempo e inversión sostenida”. Leong, sin embargo, sigue confiando en este sistema: “Las caídas en la nube acaparan los titulares porque afectan a muchas personas al mismo tiempo, pero el contexto es importante: la nube pública sigue siendo la mejor opción para infraestructura escalable si se invierte en resiliencia desde el principio”.Un exingeniero de AWS lo explica de manera similar, pero con palabras más sencillas: “Esto es como un accidente de avión, que es muy impresionante… pero, en realidad, viajar en avión es mucho más seguro que viajar en coche”.
Lo que la caída de la nube de Amazon revela sobre las debilidades de Internet | Tecnología
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