Israel ha empezado este lunes a cerrar uno de los capítulos más dolorosos de su breve historia. Lo ha hecho cuando Hamás ha completado este lunes la entrega de los últimos 20 rehenes israelíes que seguían con vida en Gaza, una liberación retransmitida en una pantalla gigante ante varios miles de personas en la plaza ahora rebautizada como de los rehenes, en el centro de Tel Aviv. Han seguido, entre lágrimas de alegría y gritos de entusiasmo, las imágenes de una entrega que se ha desarrollado en dos tandas. La primera, de siete secuestrados, cerca de las 09.00 (08.00, hora peninsular española); y una segunda, de los otros 13, tres horas más tarde. Todos fueron entregados por Hamás al Comité Internacional de la Cruz Roja, que los puso en manos del ejército de Israel y están ya pasando un reconocimiento médico en los hospitales del país. Tras recibirlos, Israel comenzó a poner en libertad a cerca de 2.000 presos palestinos, en una excarcelación que ha dejado imágenes muy dispares. Mientras que una multitud recibe con entusiasmo al grueso (1.718) en Jan Yunis —en el sur de Gaza y donde la presencia de milicianos armados ilustra los retos que aún afronta el plan de Donald Trump—, otros 154 han sido expulsados a Egipto por la puerta de atrás. El ambiente también era muy distinto en Cisjordania, donde cientos de familiares y allegados recibieron a 88. Llegaban demacrados, con signos de violencia y sin querer hablar (a diferencia de anteriores canjes), relatando amenazas de los servicios secretos israelíes si lo hacían.FotogaleríaLa emoción de la mañana dará paso ahora a una mezcla de alivio y dolor, con la esperada entrega de los últimos 28 cadáveres de rehenes israelíes. No está claro cuándo tendrá lugar, ni si las milicias palestinas han podido localizar todos los restos. El Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos había asegurado que solo se entregarán cuatro cadáveres en esta jornada, algo que ha calificado como un “flagrante incumplimiento” del alto el fuego. A media tarde, Hamás había entregado solo dos de esos cuatro cuerpos.Su duelo es lo único que empaña en Israel esta jornada de celebración por el retorno de los cautivos con vida. El foro de las familias ha apuntado en un comunicado que su lucha no terminará hasta que no reciban un entierro digno: “Solo entonces el pueblo de Israel estará completo”, ha resumido. La familia de Guy Gilboa-Dalal, uno de los israelíes liberados con vida, confiaba en que las familias con fallecidos puedan darles sepultura.El israelí Guy Gilboa-Dalal, secuestrado el 7 de octubre de 2023, saludaba este lunes tras su liberación y traslado a un hospital israelí.Foto: Stoyan Nenov (REUTERS) | Vídeo: EPVAl mismo tiempo que los congregados estallaban en vítores al observar las imágenes que mostraban al convoy que transportaba a los siete primeros cautivos circulando ya por una carretera israelí, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegaba a Israel. “¡Gracias, señor presidente!”La pantalla de la plaza de los rehenes se desdoblaba entonces para mostrar, en una de sus mitades, los coches en los que viajaban los secuestrados y, en la otra, el Air Force One, que se disponía a aterrizar en Tel Aviv. “¡Gracias, Trump!; ¡Gracias, señor presidente!, se oía entonces por los altavoces, mientras muchos de los israelíes presentes —algunos portaban banderas estadounidenses— prorrumpían en aplausos y alabanzas al presidente. Definiéndolo como un “salvador” o incluso como “el rey de Israel” — caso de Guy, un israelí que prefería presentarse solo por su nombre de pila—, muchos de los congregados en la plaza de Tel Aviv atribuían a Trump el mérito del acuerdo acompañado desde el viernes de un alto el fuego permanente en Gaza. Sin su intervención, decían varios, no habría sido posible. Tanto antes de volar hacia Israel como a su llegada, Trump ha insistido en una idea: “La guerra ha terminado”. Preguntado si Benjamín Netanyahu también lo tiene claro, la reiteró antes de añadir: “¿Lo entiendes?“. La expresión parecía más dirigida al primer ministro de Israel que al periodista.Autobuses que trasladan a prisioneros palestinos recién liberados avanzan entre edificios destruidos en Jan Yunis, en la Franja de Gaza, tras su salida de cárceles israelíes como parte del acuerdo de alto el fuego entre Hamás e Israel.Jehad Alshrafi (AP)Cuando los primeros rehenes llegaron a territorio israelí, los autobuses que transportaban a los presos palestinos comenzaron a salir de las prisiones israelíes. La gran mayoría, con destino a Gaza, donde fueron arrestados por las Fuerzas Armadas israelíes durante las detenciones masivas que efectuaron en más de dos años de invasión, con la vista puesta en un futuro canje por los rehenes. Ninguno, de hecho, participó en el ataque de octubre de 2023 que desencadenó la invasión, según el Gobierno de Israel. Otros 250 presos, cuya negociación ha sido más delicada, cumplían largas condenas en cárceles israelíes. En su mayoría, al menos una cadena perpetua, por participar u organizar atentados contra israelíes. 154 de ellos han sido deportados a Egipto, según ha precisado a este periódico el ministro de Asuntos de los Prisioneros, Raed Abu Al Humus, en el Palacio Cultural de la ciudad cisjordana de Ramala, antes de volar a aquel país para recibirlos. A Ramala han llegado otros 88 poco antes del mediodía. Cientos de familiares y amigos los esperaban. Incluso desde primera hora de la mañana. El lugar se ha ido llenando hasta el punto de que las fuerzas de seguridad palestinas han cerrado la puerta de acceso. Algunos iban ataviados con la vestimenta tradicional palestina, en señal de celebración. Otros lloraban, gritaban “Alá es el más grande” o se abrazaban y besaban a los reclusos en la frente cuando bajaron de los autobuses.Un ciudadano palestino preso en una cárcel israelí era recibido en Ramala (Cisjordania) este lunes tras su liberación.
Mussa Qawasma (REUTERS)El ambiente, sin embargo, no era el de canjes previos. No solo por el relativamente bajo número de excarcelados en Cisjordania. También porque Israel se ha negado a incluir los nombres más carismáticos que exigía Hamás, así que no había un Zakaria Zubeidi, como en el canje del pasado enero, que exaltase a la multitud. Su llegada (pálidos, con la cabeza rapada, todos con señales recientes de golpes en la cara y algunos sin siquiera poder andar) generó más conmoción que alegría. Algunos bajaron del autobús haciendo la señal de la victoria y fueron llevados en volandas por la multitud, pero otros se sentaron al llegar, agotados. Los servicios de rescate les ofrecieron sillas de ruedas y la policía palestina abría paso para que pudiesen avanzar, con dificultad pero sin molestias.“Las condiciones son extremadamente difíciles e indescriptibles para nosotros, los prisioneros, ya que la guerra ha afectado la situación dentro de las cárceles. Durante los últimos tres días, cuando nos trasladaron, fue muy duro: sufrimos palizas, humillaciones y abusos verbales. No puedo entrar en más detalles porque la ocupación [Israel] nos prohíbe hablar”, declaró uno de ellos a este periódico, sin querer dar su nombre por miedo a represalias. Un segundo recluso liberado, tras cumplir 23 años de su condena a perpetuidad, hablaba de “penurias indescriptibles”, sobre todo en las últimas 72 horas, “marcadas por palizas y torturas indescriptibles”. “Hasta este momento, sigo sin poder creer que he salido de la cárcel”, agregaba.Unos pocos palestinos intentaron recibirlos en las colinas del pueblo cisjordano de Beitunia cercanas a una de las prisiones de las que salieron, Ofer. Acabó en enfrentamientos entre los jóvenes y los soldados israelíes, que les lanzaron balas de goma y gases lacrimógenos, causando un herido, según los servicios sanitarios.Discurso en la KnessetTodo ha transcurrido mientras el presidente estadounidense pronunciaba un discurso ante el Parlamento, algo a lo que solo habían sido invitados antes otros tres presidentes de Estados Unidos: Jimmy Carter (1979), Bill Clinton (1994) y George W. Bush (2008).También esa ciudad se ha engalanado en su honor instalando en los edificios grandes carteles con su imagen impresa sobre las banderas de Israel y Estados Unidos. Uno de ellos lo compara incluso con el rey Ciro el Grande, el fundador de la dinastía aqueménida en la antigua Persia, que liberó a los judíos de su cautiverio —en alusión a su papel en el regreso de los rehenes— al conquistar Babilonia y permitir su regreso a Jerusalén. Donald Trump, este lunes durante su intervención ante el Parlamento israelí, en Jerusalén.Evelyn Hockstein (REUTERS)Trump ha repetido en esta jornada que Hamás se desarmará para cumplir con el plan de paz y que “la guerra ha acabado”. En la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, Trump participará este mismo lunes en la ceremonia de firma del acuerdo para Gaza, con la presencia de líderes de una veintena de países, entre ellos, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no estará presente en la ciudad balnearia egipcia, según ha informado su oficina este lunes, debido a la proximidad de las fiestas por la liberación de los rehenes liberados. Tampoco habrá representantes de Hamás. Sí estará el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas.

Hamás libera a los últimos 20 rehenes vivos e Israel excarcela cerca de 2.000 presos palestinos | Internacional
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