“¡Pedri, Pedri, Pedri!”, gritaba (en realidad pedía) la hinchada de la Roja en el estadio Martínez Valero. Por entonces, la selección española ganaba por 1-0 y el balón estaba en los pies de Mikel Oyarzabal, mientras desde el VAR se revisaba un posible penalti de Mamardashvili a Ferran Torres, que se había quedado solo en el área, justamente tras un precioso pase de Pedri. La gente quería el gol del 20, tanto o más como Ferran quería ser el encargado de mandar el balón a la red. Ganó Ferran, también Mamardashvili. Por esas reglas no escritas (algunas absurdas, como esta), al que se le comete el penalti lo ejecuta, y el único beneficiado fue el portero del Liverpool, que paró el séptimo de su carrera (31). Nada nuevo para Mamardashvili ni para Ferran Torres, que ya había visto cómo el guardameta georgiano lo había negado también desde los once metros en un Valencia-Barcelona.No parecía casualidad que Pedri fuera el elegido de la hinchada en Elche. Cuando la expedición de la selección española llegó a Elche —a las dos de la tarde, después de que se atrasara un día el desplazamiento por la dana—, el jugador azulgrana, sin Lamine Yamal en la concentración, era el preferido de la afición. De hecho, Pedri fue el primero en bajar del autobús de la Roja y uno de los pocos, junto a Cucurella, Ferran Torres, Unai Simón y Borja Iglesias, que se acercó a saludar al público presente en el Port Hotel de Elche, ubicado en el Parque Industrial, a siete kilómetros del estadio Martínez Valero. No es nuevo el idilio de los seguidores de España con Pedri; sí, en cambio, este nuevo rol que tiene en el equipo de Luis de la Fuente.Más informaciónPedri encontró su lugar en la Roja, como antes lo había encontrado en el Barcelona, gracias a Hansi Flick. “Este año se ha visto dónde me siento más cómodo en el Barça. También he tenido más continuidad. Cuando tengo más el balón, me siento más a gusto, y creo que ahí es donde más puedo ayudar al equipo”, aseguraba el canario la temporada pasada, cuando el alemán le había redefinido en el doble pivote junto a De Jong. Ocurría que, en la selección, Luis de la Fuente insistía en que le prefería como mediapunta, cerca del área contraria. “Es tan bueno que podría jugar en más demarcaciones, pero nos posibilita tener otras alternativas. Lo que está claro es que juegue donde juegue, nos da mucho en cualquier posición. Es uno de los mejores jugadores del mundo”, repetía y repetía el seleccionador de España.Aclarar y acelerarResultó que, ante Francia, en la semifinal de la última Nations League, Pedri comenzó el duelo (como siempre hasta entonces) en la mediapunta. Y, como la Roja no encontraba la pelota, De la Fuente mandó a hacer un enroque entre el canario y Merino. Desde entonces, Pedri se afianzó en el doble pivote. Un placer para él, que (insiste) gusta de ver el fútbol de cara, pero también para la selección de De la Fuente.“¡Pedri, Pedri, Pedri!”, volvía a repetir la hinchada. No era en vano: cada vez que el balón pasaba por la bota derecha del 20, el fútbol de la Roja se aclaraba; sobre todo, se aceleraba. Él, precisamente, inició la acción que terminó con la diana de Yeremy Pino, participó en la jugada del penalti fallado por Ferran Torres y le hicieron la falta que terminó en el bombazo de Mikel Oyarzabal a la escuadra de la portería de Mamardashvili. Oyarzabal y Porro, al saque de una falta.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)“Cuando Pedri tiene la pelota pasan cosas. Ya había metido dos pases a la espalda. Vi que Le Normand llegaba y estuve atento. Muy contento por mi gol y a seguir así”, comentó Yeremy Pino sobre su diana, la primera de España ante Georgia. “¿Pedri hace alguna cosa mal?”, invertino Luis de la Fuente. Y se respondió a sí mismo: “Aporta serenidad y control. Es capaz de sacar la mejor versión de sus compañeros, pero también tiene alrededor futbolistas que lo ayudan a completar esa mejor versión. Es un futbolista excepcional”.Ya con el trabajo de la Roja resuelto, era el momento para el descanso del jugador del Barcelona. No era cuestión de que Pedri acumulara demasiados minutos y Hansi Flick se quejara, como lo hizo de Lamine Yamal, tras el último parón de selecciones de septiembre. Reemplazado Pedri, la hinchada tuvo una nueva (y última) ocasión de ovacionar a su futbolista preferido: “¡Pedri, Pedri, Pedri!”.

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