Iago Aspas, que hacía solo tres días había marcado su primer gol de la temporada en el partido de Europa League ante el PAOK en Balaídos, saltó esta noche al césped del estadio vigués cuando el Celta perdía por 0-1 ante el Atlético. El tótem de la entidad, su máximo goleador histórico y también desde hoy su jugador con más encuentros al igualar los 533 del defensa Manolo Rodríguez, tardó solo cuatro minutos en volver a anotar tras combinar con Borja Iglesias y lanzar a Mingueza por el carril derecho. Oblak salvó el remate del Panda, pero el delantero de Moaña se tiró al suelo y empujó un balón que había quedado flotando sobre la línea de gol. El tanto fue vital para un equipo que este curso ha regresado a Europa ocho años después y que aún no ha ganado en Liga, en donde suma seis empates y dos derrotas. Si hoy hubiera caído ante los rojiblancos, el club olívico se hubiera ido al parón de selecciones en puestos de descenso con solo cinco puntos y con las implicaciones emocionales y de presión que hubieran supuesto pasarse dos semanas en las últimas posiciones de la tabla.“[El empate] sabe a poco, sobre todo cuando te ves ahí abajo. Estuvimos toda la segunda parte con un futbolista más, atrincherándolos en su campo, pero sabemos que al Atlético cuesta mucho hacerle ocasiones, que las hemos tenido, pero después de ir abajo lo que necesitamos es ganar, es encontrar esa primera victoria en la Liga aunque no ha podido ser”, reconoció Aspas tras el encuentro.Iago empezó el choque desde el banquillo. Claudio Giráldez volvió a darle por tercer partido consecutivo la titularidad a Borja Iglesias, convocado hoy por el seleccionador Luis de la Fuente, y lo acompañó de Swedberg y Ferrán Jutglà en los extremos. El delantero gallego, que llevaba una racha de seis choques —cuatro de Liga y dos de Europa League— viendo puerta, se encontró con una ocasión franca ya en el minuto dos, cuando Mingueza lanzó por el carril derecho a Jutglà. El centro del exjugador del Brujas fue fantástico, pero el Panda, en una de sus mayores especialidades, erró el cabezazo en el segundo palo. Dio la impresión de que el ariete dudó entre rematar o asistir a Swedberg para que finalizara a bocajarro y su acción se quedó a medias. Una oportunidad tan palmaria, si hubiera acabado en gol, habría encendido todavía más a un estadio a rebosar que el pasado jueves se volcó con su equipo en el regreso del fútbol europeo a Balaídos nueve temporadas después. La conexión entre Borja y Jutglà, que todavía no ha visto puerta este año pero que enseña detalles de buen jugador cada vez que está sobre el césped, volvió a dar frutos en una salida rápida del Celta en la que el delantero catalán trenzó una pared con el gallego y forzó una amarilla a Lenglet tras tirarle una bicicleta y regatearlo en el centro del campo. La descarga de Iglesias, encimado por Le Normand, para combinar con su compañero fue fabulosa porque lo lanzó al espacio con toda la ventaja. Al borde del descanso, Jutglá terminó de desesperar al central francés al robarle un balón en la medular. Lenglet lo agarró levemente y recibió la segunda amarilla después de que el atacante se fuera al suelo.La jugada amenazó ya con comprometer el partido al Atlético, que había tenido un par de ocasiones al contraataque para ponerse 0-2 pese al dominio del balón de los vigueses. El Celta apretó en los últimos minutos del primer tramo, pero Oblak detuvo los intentos de Borja. El portero esloveno agarró primero un remate tras un centro de Mingueza y después salvó un disparo desde la frontal que se dirigía a su escuadra derecha. Iglesias regresa a la selección a los 32 años después de la lesión de Lamine Yamal y tras renunciar a vestir la camiseta de la Roja en agosto de 2023 por la negativa de Luis Rubiales, entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol, a dimitir por el beso no consentido que dio en Sídney a la jugadora Jenni Hermoso después de que España ganara el Mundial. La entrada de Aspas en el 63 cambió la segunda mitad al otorgar más verticalidad al Celta. El jugador de Moaña, de 38 años, apareció entre líneas y movió al equipo con su capacidad para filtrar pases al espacio y cambiar rápido la orientación del juego. En los últimos encuentros ha dado la impresión de que Iago está consiguiendo el pico de forma necesario para tener un punto más de viveza en los controles y en el uno contra uno. El equipo de Giráldez terminó el encuentro alrededor de la portería de Oblak, pero no fue capaz de cazar un gol que le diese el primer triunfo en Liga. El empate lo saca del descenso y deja también al Atlético fuera de los puestos Champions —es quinto— durante el próximo parón de selecciones. Balaídos cerró la noche con una ovación a Aspas, que recibió una camiseta conmemorativa por los 533 partidos que ha jugado con el club de su vida, al que en 2009 salvó de caer a Segunda B con dos goles ante el Alavés y al que tantas y tantas alegrías ha regalado desde entonces: “Dar las gracias a mi familia por todo lo que hicieron por mí para traerme aquí a Vigo. Como sabéis, soy de un pueblo [Moaña] que está a 25 kilómetros, [mis padres] trabajaban por las tardes, y nos teníamos que buscar las habas para poder venir a Vigo a entrenar. Me dieron la oportunidad. Estoy agradecido al club desde que entré en el 96, hace ya casi 30 años, y es un orgullo poder superar a Manolo, que para nosotros es una leyenda”.

Aspas saca al Celta del descenso el día en el que se convierte en el futbolista con más partidos de la historia del club | Fútbol | Deportes
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