En los últimos años se ha vuelto bastante común escuchar que en Colombia el oro ha reemplazado a la cocaína en el sentido de que las ganancias provenientes del oro ilegal superarían hoy en día a las del narcotráfico.Altos funcionarios, ONG, periodistas, incluso el propio presidente Gustavo Petro lo han resaltado recientemente. Sin embargo, esas afirmaciones surgen sin mayores explicaciones de cómo se llega a esas conclusiones, las cuales se repiten una y otra vez en los medios de comunicación sin que se cuestione la veracidad de esas afirmaciones.Hace solo cinco años, un cálculo sencillo era suficiente para refutar ese argumento. En ese entonces, Colombia producía cerca de cincuenta toneladas de oro al año, con un precio promedio de US$ 50.000 por kilo. Las ganancias derivadas del oro alcanzaban los US$ 2.500 millones.Por su parte, el país producía 1.500 toneladas de cocaína, con un precio promedio del kilo de aproximadamente US$ 4.000, precio de compra de la cocaína saliendo del país. Esto representaba ingresos estimados de unos US$ 6.000 millones. Por lo tanto, las cifras no cuadraban. A nivel nacional, la cocaína seguía generando ingresos superiores a los del oro ilegal.En los últimos años, sin embargo, la situación ha venido cambiando. Los precios del oro han aumentado considerablemente, mientras que los de la cocaína han bajado abruptamente. De allí la validez y la relevancia de la pregunta: ¿hasta qué punto hoy en día las ganancias provenientes del oro ilegal han superado las de la cocaína?Policía destruyó maquinaria de minería ilícita en Cauca. Foto:Policía de ColombiaEl negocio del oroEn 2024, Colombia exportó casi setenta toneladas de oro, con un precio promedio de US$ 100.000 por kilogramo, lo que generó unos ingresos de aproximadamente US$ 7.000 millones.En el mismo año, Colombia exportó aproximadamente 2.500 toneladas de cocaína y, según diversas fuentes, el precio promedio de la cocaína en su salida del país oscilaba entre US$ 1.000 y US$ 3.000 por kilo. Considerando un promedio de US$ 2.000 por kilo, en 2024, los ingresos derivados de la venta de cocaína sumaron cerca de US$ 5.000 millones para los grupos criminales colombianos. LEA TAMBIÉN En lo que respecta a este año, aún no contamos con datos consolidados, pero siguiendo la misma lógica parece que la tendencia continuará, ya que los precios del oro siguieron en alza y los de la cocaína han bajado aún más. En 2025 se estima que los ingresos por la minería de oro llegarán a US$ 8,4 billones (70 toneladas a un precio promedio de US$ 120.000), mientras que los de la cocaína podrían llegar a US$ 5,4 billones (3.000 toneladas a US$ 1.800 por kilo). De allí que, a simple vista, la conclusión parezca evidente. Sin embargo, esas cifras engañan.Para comparar las ganancias del oro con las de la minería ilegal, hay que considerar otros factores.Una zona donde se realizaba extracción de minería ilegal. Foto:CortesíaPrimero, no todo el oro es ilegal. De las aproximadamente sesenta o setenta toneladas de oro producidas anualmente en Colombia, se estima que entre el 80 por ciento y el 85 por ciento se extrae de manera ilegal.Segundo, el oro extraído de manera ilícita –es decir, sin todos los permisos legales– por parte de los mineros artesanales informales no termina beneficiando en su totalidad a los actores criminales. La mayor parte de ese oro es extraída por mineros que, para poder operar, pagan una ‘vacuna’ a los grupos armados ilegales, cuota que generalmente equivale al 10 por ciento de la producción de esos mineros. Así, los grupos armados criminales solo reciben ese 10 por ciento del oro extraído de esa forma. LEA TAMBIÉN Cómo operan las mafiasLas redes mafiosas también participan en el tráfico de oro ilegal, al extraer y contrabandear oro fuera del país sin que esto se refleje en las estadísticas oficiales de exportación. Se estima que entre diez y treinta toneladas salen cada año por esta vía hacia países vecinos. Estos ingresos, que oscilan entre US$ 3.000 millones y US$ 4.000 millones anualmente, deben sumarse a los beneficios de estos actores criminales.Sin embargo, no todo son ganancias. Cuando no operan sus propias minas, compran el oro ilegal, conocido como tipo B, a menor precio que el oro legal (tipo A), con descuentos del 10 por ciento al 30 por ciento según la región y el momento. Así, las ganancias de los traficantes son el resultado de la diferencia entre el precio de compra y el de venta del oro, descontando los costos logísticos de traslado hacia el exterior.Finalmente, en los últimos años, los grupos criminales han ido involucrándose más directamente en las cadenas de suministro de oro, al invertir en minas legales, comprar maquinaria –como retroexcavadoras, dragas brasileñas, buldóceres, entre otras–, para extraer sin intermediarios parte del oro que termina legalizado y vendido en los mercados internacionales.Esas inversiones generan una alta rentabilidad. Máquinas que cuestan varias centenas de miles de dólares se amortizan en menos de dos o tres meses. En cuanto a las minas legales que han comprado con dinero de origen dudoso, aunque el costo de producción o extracción del oro puede ser elevado, los altos precios del oro en el mercado internacional hacen que la inversión sea bastante rentable.En resumen, de las sesenta a setenta toneladas de oro extraídas anualmente en Colombia, puede ser que el 85 por ciento sean ilegales, pero se estima que solo alrededor del 10 por ciento se atribuye a actores criminales. Al considerar el pago de extorsiones que los actores armados ilegales y otros grupos criminales reciben del resto de la producción, el cálculo se vuelve más especulativo, pero es razonable pensar que las ganancias de la minería aurífera en Colombia que esos grupos perciben, directa o indirectamente, no alcanzan ni un tercio del total de ingresos de la minería aurífera en el país.En 2024, Colombia exportó casi setenta toneladas de oro. Foto:Archivo EL TIEMPOEn cuanto a la cocaína, los cálculos tampoco son muy sencillos. Estudios recientes y muy serios presentan cifras significativamente más altas que las que hemos utilizado en nuestros cálculos iniciales. Por ejemplo, Daniel Mejía –profesor e investigador de la Universidad de los Andes– estima que el narcotráfico generó US$ 15.300 millones en 2023, lo que representa más del 4 por ciento del PIB colombiano de ese año.Ahora, hay que comparar lo que es comparable. Daniel Mejía estima esos ingresos basándose en el precio de venta de la cocaína en Estados Unidos. En nuestro caso, nos limitamos a las ganancias de los grupos criminales en Colombia, es decir, a las ganancias de los traficantes colombianos que venden la cocaína saliendo de Colombia a otros carteles extranjeros.Sabemos también que las ganancias relacionadas con el tráfico de cocaína no se limitan a los ingresos procedentes de la pasta base de coca en Colombia. Con un precio de venta de entre US$ 1.000 y US$ 3.000 por kilo, hay que restar el precio de adquisición de la base de coca, aproximadamente US$ 500 por kilo, más los costos de transformación de la pasta base en clorhidrato de cocaína. Sin embargo, a primera vista, los márgenes de beneficio son más altos para los narcotraficantes que para los traficantes de oro. LEA TAMBIÉN En conclusión, tras una primera evaluación, parece que en Colombia el oro todavía no ha desplazado a la cocaína. No basta decir que un kilo de oro vale más que un kilo de cocaína, ya que eso no demuestra nada. Además, lo que recibe un raspachín puede ser menor que lo que actualmente gana un minero informal.Sin embargo, lo que realmente importa son las ganancias que terminan en las manos de las mafias del crimen organizado colombiano. Se requieren estudios más precisos, tanto econométricos como de campo, para confirmar o refutar esas hipótesis.FRÉDÉRIC MASSÉRazón Pública (**)Doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de París III, codirector de la Red Coral (Red de Monitoreo del Crimen Organizado en América Latina).(**) Razón Pública es un centro de pensamiento sin ánimo de lucro que pretende que los mejores analistas tengan más incidencia en la toma de decisiones en Colombia.Confluencia de economías ilícitas en varias regionesAnálisis de Naciones Unidas han encontrado que, en muchos casos, la minería ilegal y el narcotráfico conviven en los mismos territorios.Aunque no siempre es sencillo cuantificar fenómenos ilegales, la Organización de Naciones Unidas regularmente produce informes sobre la explotación ilegal de oro y el tráfico de cocaína, y ha comenzado a encontrar coincidencias regionales entre ambos.El último informe publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) para la Región Andina y el Cono Sur sobre la explotación de oro de aluvión (Evoa) sostenía que para 2022 se habían detectado 94.733 hectáreas (ha) con esta actividad. Ese año, solo el 21 por ciento de la minería de aluvión tenía permisos técnicos y/o ambientales; además de que el 49 por ciento de la Evoa del país (46.550 ha) se realizaba en zonas excluibles de la minería, es decir, donde no debería ejercerse esta actividad por ser territorios de protección.Policía destruyó maquinaria de minería ilegal en Antioquia. Foto:Archivo Particular.Pero un dato que llamaba la atención es que aproximadamente en el 44 por ciento de los territorios con explotación de oro de aluvión en el 2022 también se habían identificado, para 2021, cultivos de coca. En estas zonas, el área sembrada con coca era de 18.939 ha, y en 28.676 ha se detectó la explotación aurífera.Un agravante es que el 87 por ciento de la Evoa en los lugares en los que también se había registrado coca era explotación aurífera ilegal.Esta confluencia de economías ilícitas fue identificada en mayor magnitud en los departamentos de Antioquia, Nariño y Cauca, aunque en total, de los 101 municipios con minería de aluvión en 2022, 76 habían registrado coca. De acuerdo con las cifras de Unodc, la cantidad total de coca en estos 76 municipios para el 2021 había alcanzado 110.767 ha, que representaba el 54 por ciento del total nacional. Además, de los 10 municipios con más Evoa, ocho reportaron también cultivos de coca. LEA TAMBIÉN Sobre por qué ambos negocios ilegales comparten territorios, el informe de Unodc señaló que existen factores estructurales como la persistencia de la vulnerabilidad territorial en varias regiones y el hecho de que cada vez hay más actores ilegales vinculados al narcotráfico que también impulsan el crecimiento de otras actividades ilegales, como es el caso de la explotación ilícita de minerales.Ante estos complejos escenarios donde convergen las economías ilícitas asociadas al narcotráfico y la explotación ilícita de oro, el documento de Naciones Unidas enfatizaba en la necesidad de acciones de carácter integral por parte del Estado, para lograr impactos sostenibles en las regiones.EL TIEMPO

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