Marc Márquez Alentà apenas ha podido digerir el título más especial de su exitosa trayectoria deportiva. Con una agenda repleta de compromisos, que le obligó a volar el mismo lunes tras su celebración en el karaoke de un antro cercano al aeropuerto en Japón que ya ha sido el escenario de cuatro de sus siete alirones en MotoGP, el flamante campeón asegura que todavía no puede ver los vídeos del pasado domingo sin emocionarse descontroladamente. Necesita volver a casa para procesar lo ocurrido y aplacar el tsunami de sensaciones sobrevenido tras cinco años de persecución de su objetivo más ambicioso: volver a ganar tras superar cuatro operaciones en el brazo y todas las renuncias y sacrificios que han acompañado dicha meta.“No me apetece para nada subirme a la moto”, reconoce el 93 a las puertas del GP de Indonesia. Jamás ha ganado en el circuito de Mandalika, ni siquiera terminado una sola carrera de domingo. El de Lombok es uno de los dos circuitos, junto la penúltima cita en Portimao (Portugal), que se le resisten en el actual calendario. Antes de la lesión en el húmero que lo cambió todo, esta situación hubiera sido más que suficiente para motivar al español, que además está a un solo triunfo de su victoria número 100 como profesional: “No me pongo la misma presión que en el pasado. Antes, cuando conseguía el título, quería llegar a la siguiente cita y arrasar con todo, pero mi mentalidad ha cambiado”.“En las próximas carreras puedes divertirte”, le susurraba Davide Tardozzi, expiloto y jefe del equipo oficial de Ducati, durante los fastos en Motegi. Márquez asentía entonces y parece recoger el guante. La prioridad número uno será no sobrepasar ningún límite y ponerse en peligro. “Siento algo diferente, que debo terminar el año sin hacerme daño, sin cometer errores estúpidos. He estado bajo mucha presión, y quiero disfrutar. Cuando me levanté el lunes después de ser campeón, parecía que no me había entrenado en dos meses, quizás por el bajón de adrenalina de mantener todo este tiempo la presión. A nivel corporal, de energía, me siento más cansado que nunca”, comenta el piloto de Cervera.Con 11 victorias en domingo, el nueve veces campeón del mundo tiene a tiro su propio récord de 13 triunfos en 2014. Lo ve factible, pero sin volverse loco en circuitos que no le han sonreído históricamente, como Mandalika. Apunta a que sus mejores opciones llegarán en Philip Island (Australia) y Valencia. “El primer reto aquí será terminar la carrera”, subraya. El trazado isleño ha sido además escenario de alguna de sus peores caídas, donde en marzo de 2022 se le reprodujeron sus problemas de diplopía por última vez. El plan de trabajo de Márquez a partir de ahora incluirá varios cambios de reglajes en la moto con la idea de consolidar las bases de la máquina que llevará para defender la corona ya en 2026.El despertar de su compañero de garaje, Pecco Bagnaia, en el GP de Japón, pone picante en la lucha por el subcampeonato que el italiano mantiene con Álex Márquez, del equipo satélite Gresini. El hermano pequeño del campeón no estuvo celebrando por primera vez el título de manera activa, centrado en su persecución de una medalla de plata con mucho valor. La distancia entre ambos ahora es de 66 puntos cuando quedan por repartirse 185. “Cuando se cumpla mi misión lo celebraremos juntos, porque así vamos a disfrutarlo más”, cuenta el segundo clasificado del certamen. El tercero en discordia en esta lucha es el italiano Marco Bezzecchi, que está firmando un tramo final de curso excelente a lomos de la Aprilia y se sitúa a 32 puntos de su compatriota y a 98 del español.

Marc Márquez, ante el reto de seguir compitiendo después de coronarse campeón: “Me siento más cansado que nunca” | Motociclismo | Deportes
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