El presidente estadounidense, Donald Trump, ha puesto sobre la mesa este lunes lo que denomina un plan de paz para Gaza. Aún no está claro, a falta de la respuesta de un Hamás que tendría que rendirse y entregar las armas y que apenas horas antes denunciaba que no había recibido una copia del documento, que el proyecto cristalice. Pero una de las incógnitas en torno al plan ha quedado despejada: tras la reunión de este lunes entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente estadounidense, Donald Trump, Israel dice aceptar la propuesta de 20 puntos. Y el republicano ha dado a su aliado permiso para continuar la ofensiva sobre Gaza, que supera los 66.000 muertos por la ofensiva del ejército israelí, si el grupo palestino rechaza la oferta.El plan, hecho público minutos antes de su comparecencia conjunta en la Casa Blanca, prevé la rendición de Hamás, la devolución de todos los rehenes israelíes aún en la Franja -los vivos y los muertos- y la creación de una entidad provisional de gobierno palestino que estará supervisada por una entidad internacional de la que formará parte el ex primer ministro británico Tony Blair y que estará presidida por el propio Trump.“Apoyo su plan para poner fin a la guerra en Gaza, que cumple nuestros objetivos de guerra”, ha declarado Netanyahu en la comparecencia conjunta con Trump en la sala Este de la Casa Blanca, en la que no han aceptado preguntas. La propuesta “traerá de vuelta a todos nuestros rehenes, desmantelará las capacidades militares de Hamás, pondrá fin a su mandato político y garantizará que Gaza nunca más representa una amenaza para Israel”, ha sostenido el primer ministro. Trump, por su parte, ha considerado de manera grandilocuente que “es un día precioso, potencialmente uno de los mejores días jamás en la civilización”. Según el inquilino de la Casa Blanca, “estamos mucho más que cerca” de lograr la paz y lograr “un fin inmediato a la guerra”, al detallar los apartados del plan elaborado en los últimos meses en colaboración entre el Gobierno estadounidense y Blair. “Es un día histórico para la paz”, ha insistido el republicano.Pero las declaraciones triunfalistas desde ambos podios chocan con la realidad, aunque Trump haya asegurado que cuenta con el respaldo de un buen número de países árabes y musulmanes con los que ha discutido sobre el plan. Hasta el momento no está claro cuál vaya a ser la respuesta de Hamás. Algunos de los puntos incluidos en el documento, como su obligación de desarmarse, les fuerzan a pasos que el grupo islamista ha rechazado una y otra vez durante los casi dos años de guerra iniciada desde el 7 de octubre. Y si lo que llega de Hamás es un “no”, el documento de negociación quedará en papel mojado. Trump ha reconocido que aún no está claro cuál va a ser la posición del grupo palestino. “Oigo que Hamás también quiere ver esto resuelto, y eso es algo bueno”, sostenía el presidente estadounidense, antes de puntualizar que si los dirigentes de la milicia islamista rechazan la propuesta, dará luz verde a Israel para que continúe la ofensiva que ha arrasado la franja palestina y que incluso una comisión independiente de la ONU tilda ya abiertamente de genocidio. “Quiero dar las gracias al primer ministro Netanyahu por aceptar el plan y por tener confianza en que, si colaboramos, podremos poner fin a la muerte y la destrucción a la que hemos asistido durante tantos años, décadas e incluso siglos, y así dar inicio a una nueva era de seguridad, paz y prosperidad para toda la región”, ha solemnizado Trump.Los 20 del documento prevén que, si Israel y Hamás aceptan el documento, se pondría en marcha un alto el fuego inmediato. En un plazo de 72 horas Hamás tendría que entregar a los rehenes israelíes supervivientes y los cuerpos de los fallecidos. En total, 48, según los cálculos de Israel. A cambio, Israel devolvería a 1.700 gazatíes detenidos desde el comienzo de la guerra y a 250 presos condenados a cadena perpetua. El pacto también prevé que una vez se complete el intercambio, los integrantes de Hamás se desarmen; quienes lo deseen podrán abandonar la Franja, con garantías de seguridad en su trayecto hacia terceros países.Una vez que se aceptara el acuerdo, comenzaría el suministro completo y sin injerencias de ayuda humanitaria hacia la Franja y la reconstrucción de infrasestructura básica.Los gazatíes no tendrán que marcharse de Gaza y, si lo hacen, podrán volver. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presidirá un organismo de transición que supervisará el órgano de gobierno palestino que gobernará Gaza de manera temporal. Durante el tiempo en que estén activas esas instituciones, se pondrá en marcha un “plan de desarrollo económico de Trump” para la reconstrucción.El proyecto se ha presentado tras un largo encuentro entre los dos dirigentes. Ningún otro líder internacional ha sido tan asiduo en la Casa Blanca durante el mandato de Donald Trump como Benjamín Netanyahu: el primer ministro israelí ha acudido este lunes por cuarta vez en ocho meses al Despacho Oval. Ninguna de sus visitas previas arrojó avances para la paz y esas citas solo sirvieron para que el líder israelí ganara tiempo en su mortífera ofensiva en Gaza. En esta ocasión, el presidente estadounidense se había declarado, momentos antes de comenzar el encuentro, “muy confiado” en que la cita puede arrojar, por fin, un principio de acuerdo que detenga la guerra en la Franja, a punto de cumplir dos años. Ambos iniciaron la conversación con un apretón de manos en la puerta del ala Oeste de la residencia presidencial. La comitiva de Netanyahu había entrado con unos minutos de retraso en una Casa Blanca engalanada. Trump salió a recibir al primer ministro, como le gusta hacer personalmente cuando llega un líder extranjero. Los dos saludaron a la prensa con un gesto antes de entrar y comenzar el encuentro; Trump respondió, a una pregunta de los periodistas, que se siente “muy confiado” en un acuerdo de paz sobre Gaza.Apenas dos horas antes de la reunión, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reiteraba que Israel y Hamás se encuentran “muy cerca” de llegar a un acuerdo para poner fin a la ofensiva sobre la población gazatí.En vísperas de la crucial reunión, los representantes de la Administración estadounidense habían realizado intensos contactos de última hora para tratar de reducir diferencias y arrancar el sí de Netanyahu a un acuerdo de paz. El enviado personal de Trump para Oriente Próximo, Steve Witkoff, conversó con los representantes israelíes; Jared Kushner, el yerno del presidente y negociador de los acuerdos de Abraham en el primer mandato del republicano, trató con los aliados árabes.

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